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Estudio halla que dos exoplanetas son más parecidos a la Tierra de lo que se creía

Una nueva investigación ha concluido que dos exoplanetas conocidos tienen una inclinación en su eje de rotación similar a la de la Tierra y, por lo tanto, poseen estaciones y climas relativamente estables.

Interpretación artística del exoplaneta potencialmente habitable Kepler-186f.

Kepler-186f es el planeta más pequeño encontrado dentro de la zona habitable de una estrella y se cree que pueda albergar agua en forma líquida. Se encuentra a unos 492,3 años luz de la tierra y su radio es solo 11 % más grande que el de la Tierra.

Kepler-186f es un planeta fuera del Sistema Solar (exoplaneta) que, al igual que la Tierra, está en la zona habitable de su estrella. Antes de su descubrimiento en 2014, otro exoplaneta, Kepler-62f, fue considerado el planeta más parecido al nuestro jamás detectado. Ambos mundos son considerados supertierras y se encuentran a la distancia adecuada de su astro anfitrión para tener agua líquida en la superficie y vida como la conocemos aquí.

El reciente estudio, publicado en The Astronomical Journal, se basa en simulaciones para determinar el eje de rotación de estos dos exoplanetas. Los resultados indican que tanto Kepler-186f como Kepler-62f tienen una inclinación axial estable.

¿Por qué esto es importante?

A diferencia de Marte, que también está en zona de habitabilidad pero cuyo eje es inestable y puede cambiar de 0 a 60 grados —razón que puede haber contribuido a la disminución de su atmósfera y evaporación del agua en superficie—, la inclinación axial de la Tierra varía levemente entre 22.1 y 24.5 grados gracias a la gran fuerza estabilizadora ejercida por la Luna —de hecho, muchos estudiosos aseguran que sin la Luna no habría tanta vida en la Tierra—. Y a pesar que los investigadores desconocen aún si los dos exoplanetas estudiados tienen satélites naturales como el nuestro, sus cálculos muestran que, incluso sin ellos, ambos mundos tendrían una inclinación axial constante por decenas de millones de años.

Interpretación artística de Kepler-62f. Se estima que tiene una temperatura media de entre -50 °C y 0 °C.​ Su baja temperatura superficial se debe a su posición en la zona habitable del sistema Kepler-62 (desplazada hacia el confín externo de la misma) y a las características de su estrella (clasificada como una enana naranja tipo K2V, con un 20 % de la luminosidad del Sol).

Interpretación artística de Kepler-62f. Se estima que tiene una temperatura media de entre -50 °C y 0 °C.​ Su baja temperatura superficial se debe a su posición en la zona habitable del sistema Kepler-62 (desplazada hacia el confín externo de la misma) y a las características de su estrella (clasificada como una enana naranja tipo K2V, con un 20 % de la luminosidad del Sol).

Los autores del estudio creen que todo esto significa que Kepler-186f y Kepler-62f tienen climas estables y estaciones regulares. Naturalmente, no se arriesgan a decir que estos mundos están habitados, empero, conjeturan que ambos son candidatos ideales para la búsqueda de vida fuera de la Tierra.

Interpretación artística de la superficie de Kepler-186f. Las plantas tienen una tonalidad amarillenta debido a la luz emitida por la estrella anfitriona de este mundo. El agua y las nubes probablemente sean más naranjas.

Interpretación artística de la superficie de Kepler-186f. Las plantas tienen una tonalidad amarillenta debido a la luz emitida por la estrella anfitriona de este mundo. El agua y las nubes probablemente sean más naranjas.

«Incluso en nuestro planeta, la vida es extraordinariamente diversa y ha mostrado una increíble resiliencia a ambientes hostiles. Pero un planeta climáticamente estable es un buen lugar para comenzar la búsqueda», concluye Yutong Shan, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian y coautor del estudio.

Fuente: Tech Times.

Fuente: Mysteryplanet

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