MISTERIO

¿Sirve una pandemia para imponer un Nuevo Orden Mundial?


Mientras algunos especulan con situaciones geopolíticas, culpando a una nación de fabricar un arma biológica para atacar a otra, la realidad está muy lejos de eso. Lo cierto es que una pandemia, por definición, afecta a todo el mundo. En el caso del covid-19, su viralidad —tanto real como mediática— excede a las naciones y más bien beneficia a unos pocos intereses que enumeramos en este artículo.

Disminución de población envejecida

Los que afirman que el nuevo brote epidémico fue algo «lanzado» para disminuir la población mundial, están muy equivocados. Primero que nada, la pandemia de covid-19 tiene una mortandad extremadamente baja a comparación de otras enfermedades; de hecho, más del 80 % de los contagiados es totalmente asintomático, por lo que difícilmente contribuirá a disminuir la población del mundo.

Sin embargo, otro dato importante es la mortandad en personas menores de 60 años es de solo el 1 %. Esto quiere decir que la gente mayor es la más afectada. Un gran ejemplo es Italia, una nación con una población muy envejecida y cuyos números de fatalidades es elevado por este hecho.

Entonces, ¿quién podría beneficiarse de un contagio indiscriminado que tenga como consecuencia la disminución de la población por arriba de los 60 años? La respuesta tal vez se halle en este extracto de un documento publicado por el FMI en el año 2012 (la élite siempre ejecuta a largo plazo), en cuyo capítulo 4 intitulado El impacto financiero del riesgo de longevidad, dice lo siguiente:

«Las implicaciones financieras de que la gente viva más de lo esperado (el llamado riesgo de longevidad) son muy grandes. Si el promedio de vida aumentara para el año 2050 tres años más de lo previsto hoy, los costos del envejecimiento —que ya son enormes— aumentarían 50 %. El riesgo de longevidad es un tema que exige más atención ya».

El documento completo en cuestión puede ser leído AQUÍ.

Para más inri, un comité de expertos había advertido a la ONU, en septiembre del año 2019, que se venía una gran pandemia desatada por «un virus similar a la gripe»… Realmente la envidia de Nostradamus esta predicción tan precisa.

Lobby verde

Previo a que surgiera la pandemia, los medios de comunicación estaban invadidos de noticias referentes a Greta Thunberg y su movimiento por disminuir la contaminación y mitigar el impacto del cambio climático en nuestro planeta. Ahora los medios están invadidos por noticias sobre el coronavirus y cuarentenas obligatorias, que en la mayoría de los casos no son presentadas con la seriedad científica y profesionalismo que se debería, sino que son amplificadas por un amarillismo y miedo para vender más en tiempos de crisis.

Y en relación a esto último, la cuarentena ha provocado una limpieza temporal de la contaminación de los cielos y las aguas, con la naturaleza recuperando el lugar que le pertenece. Los medios también han resaltado mucho esto, titulando que «es lo mejor que le pudo pasar al planeta» y hasta justificando lo que está pasando como algo que se merece la humanidad por sus acciones contaminantes.

Sin duda, si se quiere enmascarar un arma biológica, acudir al romanticismo ecologista puede ser la mejor opción.

Ojo. Con esto no queremos desestimar los esfuerzos por salvar al planeta del impacto producido por la actividad del hombre, sino más bien subrayar cómo la noble tarea puede ser utilizada en malas manos, en un mundo donde el 1 % nunca ha dudado en demostrar su desprecio por la masa que ensucia su planeta (suyo, ya que poseen el 40 % de sus riquezas totales).

Año electoral

Es bien sabido que en noviembre de 2020 se llevará acabo una nueva elección presidencial en EE.UU. Tras esquivar el impeachment y todos los intentos demócratas por destituirlo, Donald Trump va por su reelección. Sus chances de ganar, hasta el brote de coronavirus, eran tantas como las que tenía cuando fue elegido por primera vez… hasta ahora. Su parsimonia y subestimación para actuar contra el covid-19 ha provocado uno de los mayores brotes, sobre todo en la ciudad de Nueva York. Esto podría costarle la reelección en noviembre.

Si bien puede parecer descabellado incluir esto entre los beneficios que tienen aquellos que soltaron el virus al mundo —en caso que así haya sido—, hay que considerar que la élite dominante siempre piensa soluciones que maten varios pájaros de un tiro.

Cabe destacar que Donald Trump, por más ignaro que sea, no era el candidato del sistema, de los medios y de la élite.

La máquina infalible antiprotestas

Previo al coronavirus, las protestas populares y multitudinarias abundaban en Europa y otras partes del mundo hoy afectadas gravemente por la pandemia. Las draconianas cuarentenas por riesgo de contagio sirvieron para eliminar de cuajo estas concentraciones de personas que reclamaban por sus derechos.

Francia, uno de los lugares en 2019 donde hubo una mayor magnitud de protestas.

Y probablemente, luego de terminar el confinamiento social y disminuida la curva de contagio de la enfermedad con el fin de no saturar el sistema sanitario —el verdadero quid de la cuestión—, no se vayan a dar más protestas por varios meses en este 2020. La cuarentena la podrán sacar pero el miedo y paranoia que los medios bombardean ahora resonarán por largo tiempo en la población.

En sintonía con este tema de la protesta y la paranoia, plataformas virtuales como YouTube han censurado o desmonetizado videos solo por mencionar el tema del coronavirus, desalentando así la publicación de teorías sobre su origen y coartando que tanto pueden hablar sobre el tema los medios independientes..

Un Nuevo Orden Mundial

Como bien dijo hace poco el premio Nobel de Química Michael Levitt, la pandemia pronto disminuirá su curva —como ya lo hizo en su epicentro original— y desaparecerá. La humanidad, contra el agorero pronóstico de los medios y políticos, sobrevivirá. El verdadero problema será el daño económico posterior.

La unión a nivel global para combatir todos contra un «enemigo invisible», podría servir para crear un Nuevo Orden Mundial, donde el triunfo contra el coronavirus sea el brazo que levante su bandera.

A diferencia del papel moneda, una criptomoneda no puede transmitir virus ni bacterias a los humanos…

Hay que tener en cuenta que justo antes que se desatara la pandemia, circulaban noticias sobre cómo China planeaba implementar su nueva moneda virtual, lo cual fue detenido ante el brote infeccioso. La caída de la bolsa en Estados Unidos también es un hecho. Tal vez alguien piense en que si juntos pudimos detener a un enemigo como el coronavirus, juntos también podríamos tener una sola moneda…

Sea como sea que termine todo esto, y sin tomarse muy a pecho este artículo que solo pretende presentar algunos hechos y adivinar posibles escenarios consecuentes, lo más importante es tener cuidado de la peor pandemia de todas: EL MIEDO, que por siglos y siglos ha servido como la mayor arma de manipulación de la población.

Por Arkantos Khan.





Source link

Deja una respuesta