MISTERIO

Tormenta geomagnética provoca espectaculares auroras en ambos hemisferios de la Tierra

La mayor tormenta geomagnética en casi 20 años está ocurriendo en este momento. Ha alcanzado la categoría G5, un evento extremo. Los observadores del firmamento con cielos oscuros pueden tener la oportunidad de ver y fotografiar auroras incluso en latitudes bajas.

Auroras.

Aurora austral fotografiada desde Nueva Zelanda en la noche del 10 al 11 de mayo de 2024. Crédito: Mike White.

Esta semana el Sol ha demostrado porque está en su ciclo de máxima actividad, lanzando llamaradas y seis eyecciones de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) hacia la Tierra desde la gigantesca mancha solar AR3664. La primera CME golpeó el campo magnético de nuestro planeta este 10 de mayo a las 1645 UT, sacudiendo magnetómetros en todo el mundo, y desencadenando una tormenta geomagnética, que ahora es extrema.

Los observadores del cielo y astrofotógrafos han estado subiendo videos y fotografías de lo más bello —y menos peligroso— de esta interacción con las partículas solares: las auroras.

«No está mal para la primera noche de nuestro Taller de Astrofotografía», dijo Mike White desde Twizel, Canterbury, Nueva Zelanda (44° S). «La experiencia a simple vista fue increíble, la mejor que he visto nunca. Color claro, estructura y movimiento, todo visible a simple vista y alcanzando hasta 30°/-40° sobre el horizonte en ocasiones».

Mientras tanto, en el hemisferio norte, las auroras bailaron en gran parte de Europa. Por ejemplo en Saint-Agnan, Morvan, Francia (47° N).

Las auroras se producen debido a la interacción entre partículas cargadas emitidas por el Sol y el campo magnético de la Tierra que nos protege. Varían en color y forma dependiendo de la composición de los gases atmosféricos excitados, la altitud a la que ocurre la excitación y la intensidad del bombardeo de partículas solares. En la imagen, se observa una aurora boreal desde Francia, fotografiada en la noche del 10 al 11 de mayo de 2024. Crédito: Gwen Blanck.

Se espera que las demás CME lleguen a lo largo de este fin de semana, generando auroras extendidas en ambos hemisferios. Aunque no se espera que sean tan espectaculares como las de esta noche, dado que la tormenta geomagnética ira perdiendo potencia.

Aún así, podrían seguir siendo visibles a simple vista hasta latitudes medias, ¡por lo que sal afuera y mira el cielo!

Actividad solar en aumento

La increíble actividad solar de esta semana es un buen indicador de que nos estamos acercando al máximo solar, el período pico de actividad durante el ciclo de aproximadamente 11 años. Debido a esto, los científicos están vigilando de cerca al Sol, pues tal actividad intensificada puede impactar nuestras vidas en la Tierra.

Las llamaradas solares energéticas tienen el potencial de afectar significativamente a las naves espaciales, satélites y tecnologías terrestres, viajando a la velocidad de la luz, y no dan mucha advertencia antes de golpear. Es por eso que numerosas organizaciones, incluyendo la NASA, la NOAA y la Agencia de Clima Espacial de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (AFWA), están monitoreando de cerca al Sol. Estas organizaciones pueden emitir advertencias a los sectores tecnológicos e infraestructurales vulnerables a la actividad de las llamaradas solares para que se tomen precauciones apropiadas en caso de clima espacial dañino.

Las llamaradas solares de esta semana, en especial la más potente (X.3.98) provocaron la pérdida temporal o completa de las señales de radio de alta frecuencia (HF) en Asia, Europa oriental y África oriental.

«No podemos ignorar el clima espacial, pero podemos tomar medidas apropiadas para protegernos», dice la NASA.

Pero no hay necesidad de preocuparse; las «llamaradas asesinas» no existen. Si bien las erupciones solares pueden perturbar significativamente el mundo tecnológico, no contienen suficiente energía para causar daños duraderos a la Tierra misma.

«Incluso en su peor momento, las llamaradas solares no son físicamente capaces de destruir la Tierra», asegura la agencia espacial.

Fuente: SpaceWeather. Edición: MP.