si no crees en fantasmas, este episodio de Misterios Sin Resolver podría cambiar tu opinión
Luego del devastador terremoto y posterior tsunami acontecidos en 2011 en Japón, los sobrevivientes reportaron numerosos avistamientos de espíritus que buscaban su hogar y seres queridos.
En la primera temporada del reboot de Misterios Sin Resolver en Netflix, el capítulo dedicado a lo inexplicable fue de índole ufológico (El OVNI de Berkshire). En la segunda temporada, estrenada hace un par de días, ese lugar lo ocupa el episodio intitulado Fantasmas del Tsunami, claramente enfocado hacia la actividad paranormal.
El 11 de marzo de 2011, un terremoto de magnitud 9.1 azotó la costa japonesa. Su potencia desató un tsunami de grandes proporciones que volvió a golpear el área apenas una hora después de los temblores.
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El tsunami dejó más de 15.000 fallecidos y 2.500 desaparecidos, según números de la Agencia de Administración de Desastres e Incendios de Japón. Comprensiblemente, los sobrevivientes que perdieron sus casas y/o seres queridos, han luchado para lidiar con las secuelas.
El episodio de Misterios Sin Resolver revela la historia de las propias víctimas en lugar de aquellos que se quedaron en este mundo. De acuerdo a la serie, en los meses subsecuentes al tsunami, múltiples personas en la ciudad de Ishinomaki reportaron encuentros sobrenaturales —más específicamente con individuos que buscaban su camino a casa luego de lo sucedido, sin saber que ya estaban muertos—. Algunos casos son asombrosos.
Registros físicos para fantasmas de taxi
En Fantasmas del Tsunami (V2: E4) se cita el trabajo de la estudiante de sociología Yuka Kudo, de la Universidad de Gakuin, quien escribió un artículo al respecto meses después de la catástrofe. El profesor de Kudo, el Dr. Kiyoshi Kanebishi, se impresionó con su investigación, la cual se enfocó principalmente en las experiencias contadas por conductores de taxis en la región, quienes estaban convencidos de haber llevado fantasmas en sus viajes.
«Los relatos más creíbles que pudo encontrar eran de taxistas, porque había registros físicos que estaban relacionados con sus avistamientos», explica Kanebishi. «En todos estos casos, los taxímetros corroboraron los recorridos hechos».
Por ejemplo, uno de los casos cuenta la historia de una mujer que se subió a un taxi meses después del tsunami, y le pidió al conductor ir al distrito de Miyagi, justamente una de las zonas totalmente destruidas por las aguas. Luego de informarle a la pasajera de la destrucción de Miyagi, el taxista asegura que ésta le preguntó si estaba muerta, y luego se desvaneció.
En un caso similar, un hombre de unos 20 años de edad vestido con un grueso abrigo se subió a un taxi, algo inusual considerando que era agosto, un mes donde hace mucho calor en Japón. El conductor sintió algo extraño sobre su pasajero, pero para el tiempo cuando arribaron al destino, miró hacia el asiento trasero solo para ver que ya no había nadie.
Poseídos por espíritus
El reverendo Taio Kaneda, un monje budista presentado en el episodio, ha trabajado con gente que aseguró haber sido poseída por los muertos en el tsunami, entre ellas una joven llamada Ami que fue poseída, entre otros espíritus, por el de una niña que buscaba a su madre para pedirle disculpas por soltar la mano de su hermano menor, que terminó siendo arrastrado por las aguas.
Varias historias conmovedoras como esta son mencionadas en Misterios Sin Resolver, aunque existen otras que quedaron afuera. En su libro Fantasmas del Tsunami: Muerte y Vida en el Desastre de Japón, el autor Richard Lloyd Parry resume las experiencias de Takashi Ono (seudónimo de una persona real). Ono vivía a kilómetros de donde se produjo el tsunami. Un día condujo hasta la playa para observar la devastación, algo que lo impresionó mucho. Su posesión comenzó esa misma noche.
«Aquella noche él volvió, se sentó para cenar con su familia, tomó su te, una lata de cerveza y de repente cayó al piso rodando de un lado al otro, emitiendo ruidos guturales y hablando sobre la muerte, todo ante el horror de su esposa y madre. Al día siguiente, cuando despertó, el hombre no recordaba nada de lo que había sucedido la noche pasada. Y esto continuó así durante tres días más. Su familia eventualmente lo persuadió para que visitara a un monje budista, quien recitó sutras y logró expulsar a los espíritus. Ono se sintió mucho mejor y liberado luego de eso», comentó Parry.
Si tienes instalada la aplicación de Netflix, haz CLIC AQUÍ para ver el episodio.
Edición: MP.