MISTERIO

Nanobots provistos de IA nos permitirán vivir más de 120 años, afirma científico

La década de 2030 estará marcada por el uso de la nanotecnología para ayudarnos a superar las limitaciones de nuestros órganos biológicos y prolongar significativamente nuestra vida.

Ray Kurzweil, nanobots.

Ray Kurzweil. Crédito: MysteryPlanet.com.ar.

Así lo predice Raymond Kurzweil, escritor y científico especializado en Ciencias de la Computación e inteligencia artificial (IA), quien desde 2012 es director de Ingeniería en Google. En su nuevo libro La Singularidad está cerca (Ed. Viking, 2024), afirma que nanobots especialmente diseñados nos permitirán lograr una pequeña dosis de inmortalidad, viviendo libres de enfermedades y superando el límite máximo natural de 120 años.

«Para mantener nuestros cuerpos y contrarrestar problemas de salud, necesitaremos una gran cantidad de nanobots, cada uno del tamaño de una célula. Se estima que el cuerpo humano está compuesto por varios billones de células biológicas. Si aumentamos con solo 1 nanobot por cada 100 células, esto equivaldría a varios cientos de miles de millones de nanobots. Sin embargo, aún no se sabe cuál será la proporción óptima; podría resultar que nanobots avanzados sean efectivos incluso con una proporción de células a nanobots mucho mayor», escribe Kurzweil en un adelanto de su libro publicado en Wired.

Según el autor, uno de los principales efectos del envejecimiento es la degradación del rendimiento de los órganos, por lo que una función clave de estos dispositivos a nanoescala será reparar y mejorar estos órganos, ayudándolos a colocar eficientemente sustancias en el torrente sanguíneo o eliminarlas.

Tapa del nuevo libro de Ray Kurzweil.

«Al monitorear el suministro de estas sustancias vitales, ajustar sus niveles según sea necesario y mantener las estructuras de los órganos, los nanobots pueden mantener el cuerpo de una persona en buen estado de salud indefinidamente. En última instancia, podrán reemplazar completamente los órganos biológicos, si es necesario o deseado», vaticina Kurzweil.

Pero estos ingenios no se limitarán a preservar la función normal del cuerpo. También podrían ajustar las concentraciones de diversas sustancias en nuestra sangre a niveles más óptimos. Las hormonas podrían modificarse para darnos más energía y enfoque, o acelerar la curación y reparación natural del cuerpo.

Eventualmente, el uso de nanobots inteligentes para el mantenimiento y la optimización del cuerpo debería prevenir la aparición de enfermedades graves.

«Una vez que estos robots en miniatura puedan reparar o destruir selectivamente células individuales, dominaremos completamente nuestra biología y la medicina se convertirá en la ciencia exacta que siempre ha aspirado a ser», afirma el escritor.

Los nanobots podrían ajustar las concentraciones de diversas sustancias en nuestra sangre a niveles más óptimos. Crédito: MysteryPlanet.com.ar.

Los nanobots también serán útiles para neutralizar amenazas urgentes al cuerpo: destruir bacterias y virus, detener reacciones autoinmunes o perforar arterias obstruidas. Y lo harían por sí mismos, reportando sus actividades a los humanos que los monitorean.

De hecho, de acuerdo a Kurzweil, a medida que la IA adquiera una mayor capacidad para comprender la biología humana, será posible enviar nanobots para abordar problemas a nivel celular mucho antes de que sean detectables por los médicos actuales. Esto permitirá prevenir condiciones que en 2023 aún son inexplicables.

El límite de edad en los humanos actualmente se considera alrededor de 120 años, aunque hay casos excepcionales como el de Jeanne Calment, quien vivió hasta los 122 años y 164 días, siendo la persona más longeva registrada oficialmente.

«Por ejemplo, alrededor del 25 % de los accidentes cerebrovasculares isquémicos son “criptogénicos”, sin causa detectable. Pero sabemos que deben ocurrir por alguna razón. Los nanobots patrullando el torrente sanguíneo podrían detectar pequeñas placas o defectos estructurales en riesgo de formar coágulos causantes de accidentes cerebrovasculares, romper coágulos en formación o alertar si un accidente cerebrovascular está ocurriendo silenciosamente», explica.

Superhumanos

Además de optimizar hormonas, los nanomateriales permitirán no solo restaurar la función normal del cuerpo sino también aumentarla más allá de lo que nuestra biología permite.

«Los sistemas biológicos están limitados en fuerza y velocidad porque deben construirse a partir de proteínas. Aunque estas proteínas son tridimensionales, deben plegarse a partir de una cadena unidimensional de aminoácidos. Los nanomateriales no tendrán esta limitación. Los nanobots construidos con engranajes y rotores de diamantoide serían miles de veces más rápidos y fuertes que los materiales biológicos, y diseñados desde cero para funcionar de manera óptima», asegura el experto.

«Gracias a estas ventajas, incluso nuestro suministro de sangre podría ser reemplazado por nanobots. Un diseño del cofundador de Singularity University, Robert A. Freitas, llamado respirocyte, es una célula artificial de sangre. Según los cálculos de Freitas, alguien con respirocytes en su torrente sanguíneo podría aguantar la respiración durante unas cuatro horas. Además de células sanguíneas artificiales, eventualmente podremos diseñar pulmones artificiales para oxigenarlas más eficientemente que nuestro sistema respiratorio. En última instancia, incluso corazones hechos de nanomateriales harán a las personas inmunes a los ataques cardíacos y reducirán drásticamente el paro cardíaco debido a traumas», añade.

Actualmente, estamos comenzando una fase de extensión de la vida basada en la fusión de la biotecnología con la IA. La década de 2030 marcará el inicio de otra fase, en la cual se utilizará la nanotecnología para superar las limitaciones de nuestros órganos biológicos. Crédito: MysteryPlanet.com.ar.

Sin embargo, el papel más importante de la nanotecnología en nuestros cuerpos, de acuerdo a Kurzweil, será aumentar el cerebro, que eventualmente será más del 99.9 % no biológico. Esto sucederá de dos maneras: la introducción gradual de nanobots en el tejido cerebral para reparar daños o reemplazar neuronas que han dejado de funcionar, y la conexión del cerebro a computadoras, lo que permitirá controlar máquinas directamente con nuestros pensamientos e integrar capas digitales de neocórtex en la nube. Esto irá mucho más allá de solo mejorar la memoria o el pensamiento más rápido.

«En las décadas de 2040 y 2050, reconstruiremos nuestros cuerpos y cerebros para ir mucho más allá de lo que nuestros cuerpos biológicos son capaces de hacer, incluyendo su respaldo y supervivencia. A medida que la nanotecnología avance, podremos producir un cuerpo optimizado a voluntad: correr más rápido y durante más tiempo, nadar y respirar bajo el agua como los peces, e incluso darnos alas si lo deseamos. Pensaremos millones de veces más rápido, pero lo más importante, no dependeremos de la supervivencia de nuestros cuerpos para que nuestro ser sobreviva», concluye.

Desde luego, este mundo futurista con humanos centenarios provistos con capacidades comparables a las de «dioses», podría traer nuevos y distópicos problemas en una población planetaria que ya cuenta con 8.000 millones de integrantes… Sobre todo si esta fusión de tecnología con biología crea más divisiones —¿estilo Elysium?— en nuestra sociedad.

Por MysteryPlanet.com.ar.