Los OVNIs podrían ser el resultado de una avanzada «civilización sigilosa» que vive en la Tierra, dicen científicos de Harvard
En un nuevo ejemplo de apertura científica respecto al fenómeno, un grupo de investigadores ha considerado seriamente la posibilidad de que los tripulantes de los ovnis sean inteligencias no humanas que han estado entre nosotros desde hace mucho tiempo.
En un nuevo artículo de investigación, científicos de Harvard han estimado que hay una probabilidad de 1 en 10 de que la verdadera solución al misterio de los ovnis podría ser «criptoterrestre» (o ultraterrestre) —es decir, que pertenezcan a una especie avanzada que se oculta en la Tierra—.
«Si bien esta noción puede parecer improbable a primera vista, muchos observadores están convencidos de que al menos es concebible», escribieron los autores en su estudio. «No en vano, vastas áreas de nuestro planeta siguen siendo prácticamente inexploradas y desconocidas».
Con el 80 por ciento de nuestros océanos aún sin cartografiar, además de cuevas inexploradas y la cara oculta de la Luna, argumentan que hay mucho espacio para una civilización «sigilosa».
«Si otra especie inteligente habitó la Tierra (o Marte) mucho antes que el Homo sapiens, es posible que no tengamos idea», señala el equipo en su artículo, que se publicará en la revista Philosophy and Cosmology este junio.
El trabajo es una colaboración entre científicos que han intentado de manera independiente asegurarse de que todas las teorías viables sean consideradas para el misterio de los ovnis, lo cual ha sido objeto de un gran esfuerzo para la desclasificación gubernamental en los últimos meses.
El Congreso, el Pentágono y otros organismos gubernamentales ahora se refieren más comúnmente a los ovnis como UAPs, por sus siglas en inglés, que significan «fenómenos anómalos no identificados»; y a sus tripulantes como inteligencias no humanas (NHI). Estos términos reflejan una consideración más amplia —más allá de la extraterrestre— sobre el posible origen de los no identificados.
¿Dónde tienen sus bases?
En el nuevo estudio, se mencionan varias regiones en la Tierra y cerca de ella como candidatas dignas de investigar la posibilidad de una base secreta de una especie criptoterrestre.
Una región, llamada el «Triángulo de Alaska», es un área remota y escasamente poblada entre las ciudades de Anchorage, Juneau y Utqiaġvik, que los autores describen como un «punto caliente» para UAPs, así como otras rarezas.
El triángulo ha sido el epicentro de más de 20.000 desapariciones inexplicables desde la década de 1970, además de su tendencia a avistamientos inexplicados.
De manera más concreta, los investigadores señalaron una serie de hallazgos arqueológicos intrigantes que sugieren la existencia de civilizaciones antiguas que no solo precederían a cualquier especie avanzada conocida, sino que podrían seguir existiendo en la clandestinidad.
En este sentido, describieron una masiva estructura de piedra sumergida hallada por un buzo frente a la costa de Yonaguni en Japón, que algunos geólogos marinos argumentan podrían ser los restos de una pirámide de 5.000 años de una «Atlántida nipona».
Las regiones habitables bajo tierra también quedan por explorar, algunas con las condiciones adecuadas para sustentar vida.
«La estructura interna de la Tierra sigue siendo en gran parte un misterio», escribieron los autores. «Por ejemplo, recientemente se descubrió que la zona de transición del manto (a 410-660 km bajo tierra) actúa como un gran reservorio de agua».
Especulan que es completamente posible que a cientos de kilómetros por debajo de la humanidad «otra especie de homínidos, o incluso una rama de Homo sapiens, podría haberse adaptado para vivir bajo tierra», aunque probablemente se parecería poco a nosotros.
Impresionantes fotos y videos de la cima del Popocatépetl, en México, muestran a menudo ovnis, algo que muchos ufólogos han sugerido que podría ser la señal de una base ovni oculta debajo del volcán.
Otros candidatos importantes, propuestos por los investigadores, incluyen bases a largo plazo en profundos abismos oceánicos o en la cara oculta de la Luna, ya sea construidas por una antigua raza terrestre avanzada o por nuestros cohabitantes extraterrestres.
«Por supuesto, los límites de nuestro conocimiento no proveen ningún argumento en particular para la hipótesis criptoterrestre (CTH)», señalaron los autores del estudio. «Es crucial tener humildad y reconocer que tampoco podemos descartarla solo porque contradice la narrativa estándar de la historia».
Superando el estigma
La nueva investigación sigue a trabajos exploratorios previos de los autores trabajando por separado.
El coautor del estudio, Dr. Michael Masters, profesor de antropología biológica en la Universidad Tecnológica de Montana, había escrito anteriormente un libro argumentando que los seres que pilotan los ovnis podrían ser «extratempestres» o viajeros del tiempo.
«El fenómeno podría ser nuestros propios descendientes lejanos regresando a través del tiempo para estudiarnos en su propio pasado evolutivo», dijo el Dr. Masters, quien además argumentó que los llamados «grises» de la tradición de abducciones ovni se asemejan a una posible evolución de humanos más avanzados tecnológicamente.
Su coautor, el psicólogo Tim Lomas de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, había presentado recientemente su noción sobre la clásica hipótesis extraterrestre en otro artículo para la misma revista a principios de este año.
Por último, Brendan Case, director asociado de investigación en el Instituto de Ciencias Sociales Cuantitativas de Harvard, se unió a ellos en su llamado para que los científicos persigan la hipótesis criptoterrestre.
«La esperanza es que podamos iniciar un nuevo diálogo y superar parte de este estigma. Y no tener que defender esto como ciencia, porque es muy científico», concluyó el Dr. Masters.