Experiencias Extracorporales tienen un impacto sorprendente en algunas personas
Las experiencias extracorporales pueden dejar una impresión significativa y duradera en quienes las viven, además de aumentar los sentimientos de empatía hacia los demás, según un nuevo estudio científico.
«Mi esposo estaba trabajando fuera del país. Era un día inusual, ya que llovía intensamente. Realmente necesitábamos la lluvia. Acosté a mis hijos con las historias y canciones habituales. Me metí en la cama y estaba leyendo mi libro. Nunca puedo dormirme sin leer mi libro. Entonces me encontré de pie al final de mi cama. Me estaba mirando a mí misma… el “traje de carne”… sentada… sosteniendo un libro. Mi primer pensamiento fue… “¡esa… no soy yo! ¡Esta soy yo!”. Había alguien más detrás de mí, a mi izquierda. Era una energía masculina. En ese momento no sabía quién era. Me habló telepáticamente y dijo… “¿Quieres ir a un viaje divertido a las estrellas?” Dije… “¡Sí!” (No sé por qué). Empezamos a flotar lentamente hacia arriba. Pasamos por el techo hacia el ático. Reconocí todo en el ático. Luego flotamos por encima de la casa. Recuerdo pensar “¡Guau! ¡Está lloviendo y no me estoy mojando!”, en lugar de pensar “¿Cómo estoy flotando sobre mi casa?”.
»En un instante, me convertí en parte del universo. Me sentí conectada con todo. Conectada con todos. Estaba completamente rodeada de amor incondicional al 100 %. ¡Nunca había sentido eso antes! ¡No quería irme! Podía ver mi casa. Podía ver a mis hijos dormidos en sus camas. Sentí amor incondicional por mis bebés. Pero… no quería dejar donde estaba. Sabía que mis hijos estarían bien. Lo que no me di cuenta fue que no era mi elección. En un instante… fui lanzada de vuelta a mi cuerpo físico. ¡Sentí que pesaba mil libras! ¡Tan, tan, tan pesada! Me di cuenta en ese momento de que donde había estado era nuestro verdadero Hogar. No aquí. No aquí en el Plano Terrestre. Este es un lugar donde venimos a tener experiencias. A crecer. A aprender, a mostrar AMOR. Luego volvemos… ¡HOGAR! ¡A un lugar lleno de AMOR incondicional!».
El extracto anterior proviene de una persona que percibió su conciencia separada de su cuerpo físico, una experiencia extracorporal (EEC). Este fenómeno puede definirse como una experiencia subjetiva en la que la persona siente que existe sin un cuerpo físico —es decir, desdoblamiento—, generalmente acompañada de varias características fenomenológicas, como diferentes grados de lucidez, realismo, control de acciones, cognición anómala, contenido emocional, entre otros.
Las EEC ocurren en aproximadamente el 15 % de la población, y pueden manifestarse espontáneamente, en circunstancias que amenazan la vida como experiencias cercanas a la muerte (ECM), o ser inducidas mediante privación/estimulación sensorial, hipnosis o compuestos psicodélicos.
Disolución del ego
Lo más importante es que quien tiene este tipo de experiencia suele tener un cambio de perspectiva y propósito en la vida, lo que posteriormente puede tener un impacto a largo plazo en sus relaciones. Esta última consecuencia ahora ha sido estudiada científicamente por un equipo de la Universidad de Virginia, el cual examinó los mecanismos cerebrales que podrían estar detrás.
En particular, los investigadores analizaron la disolución o muerte del ego, donde la sensación de identidad personal se evapora y la persona se siente mucho más conectada con todo a su alrededor y con el resto del universo.
«Sabemos que las EEC pueden tener un efecto transformador: el 55 % de quienes las experimentan reportan haber cambiado profundamente después, mientras que el 40 % considera la EEC que vivieron como la mayor experiencia de sus vidas», escribe el equipo liderado por la neurocientífica Marine Weiler.
De acuerdo al estudio, la sensación de desdoblamiento y separación del ámbito físico que caracteriza a estas experiencias conducen a la disolución del ego. Esto luego se desarrolla en un fortalecimiento de las relaciones con otras personas.
«La sensación de identidad ya no se centra en el “yo” y se percibe más como un proceso que como una entidad separada», explican los neurocientíficos.
Las EEC son similares a los efectos de las drogas psicodélicas, sugieren, y algunos de los resultados son los mismos, en la forma en que estas sustancias alteradoras de la mente pueden hacernos sentir más conectados con todos a nuestro alrededor.
El mecanismo detrás del fenómeno
En cuanto a los mecanismos detrás de este fenómeno, el estudio señala la unión temporoparietal (UTP) como una región del cerebro que podría estar involucrada. La UTP maneja nuestra percepción de dónde estamos en el espacio físico y gestiona las entradas sensoriales, y disfunciones en esta región se han vinculado previamente a las EEC.
«Todo el sistema de modo predeterminado, del cual la UTP es parte, podría estar involucrado», sugieren los investigadores. «Maneja la autorreflexión y las narrativas internas sobre nosotros mismos, por lo que está ligado a nuestro ego y puede verse alterado durante y después de las EEC».
Este estudio se basa en unir los puntos entre investigaciones previas y no involucró experimentos propios. Trabajos futuros podrían utilizar realidad virtual o individuos que puedan inducir EEC a demanda para explorar estas experiencias —valga la redundancia— experimentalmente.
«La exploración, refinamiento y aplicación de métodos para aumentar la empatía en los individuos, ya sea a través de la disolución del ego relacionada con las EEC u otros enfoques, es una vía emocionante con implicaciones potencialmente profundas para los individuos y la sociedad en general», concluyen los autores de la investigación publicada en Neuroscience & Behavioral Reviews.