El dilema
“Una tarde, mientras Lorenzo Fernández y yo hacíamos auto-stop para ir a la emisora donde realizábamos nuestro programa, un Seat 124 se detuvo y nos recogió. Al subir fijé mi mirada en una bolsa que sus ocupantes llevaban en la zona de la guantera. Estaba llena de agujas hipodérmicas. Aquello nos impresionó tanto que dudamos de si merecía la pena. Fue una anécdota que marcó nuestro primer dilema… Y es que, amigos, en todo camino heróico hay pruebas. Dilemas que nos ponen entre la espada y la pared. Pero nosotros teníamos tanto entusiasmo que nada pudo pararnos…”
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