MISTERIO

Después del COVID: ¿Cuál será el próximo gran desastre que enfrentará la humanidad?


El denominado «Riesgo de cola», en gestión económica, es el riesgo de que se produzcan eventos estadísticamente no usuales con capacidad para impactar con decisión en los mercados. Ahora, teniendo en cuenta la actual situación pandémica y confinada del mundo, expertos del Deutsche Bank han calculado que tan alta es la probabilidad de que se presente una nueva crisis global durante los próximos diez años.

«Los riesgos de cola, como el COVID-19, son afortunadamente raros en comparación con otros shocks del mercado. Sin embargo, son más frecuentes de lo que la mayoría de las personas piensan, y las pandemias son solo un ejemplo», señalaron los especialistas, que consideraron cuatro escenarios posibles.

Según uno de ellos, en el mundo se podría producir una gran pandemia de influenza que mataría a más de dos millones de personas (la probabilidad de ocurrencia dentro de un año es del 2 %). El segundo escenario sugiere que tendrá lugar una erupción volcánica catastrófica con índice de explosividad (IEV) de 7 grados (0,15 % de probabilidad), mientras que el tercero prevé una gran llamarada solar (1,06 %) y el cuarto habla de una guerra global (0,625 %).

De acuerdo con la ley de distribución binomial, si la probabilidad de que un evento ocurra durante un año es del 2 %, entonces dentro de una década su probabilidad de ocurrencia ya será del 16,7 %. Los eventos examinados por Deutsche Bank pueden ser considerados como independientes, por lo que es posible sumar sus probabilidades.

Así, resulta que la probabilidad de que alguno de ellos ocurra antes de 2030 es del 33,5 %. En una perspectiva de 20 años, la estimación aumenta ya al 55,7 %.

De otra parte, los expertos no analizaron riesgos tan extremos como el impacto de un asteroide, ya que se considera extremadamente improbable. Sin embargo, tal evento tampoco puede clasificarse como imposible.

¿Qué efectos podrían tener tales cataclismos?

Los especialistas subrayan que el año 2020 ya demostró cuán destructiva puede ser una pandemia global. Miles de muertes, bloqueos de ciudades, la caída del PIB global y el desempleo son algunos de los efectos sufridos por causa del nuevo coronavirus.

En cuanto al segundo escenario, el banco recordó la erupción del volcán islandés Eyjafjallajokull en 2010, que afectó la economía e interrumpió el tráfico aéreo en todo el norte de Europa. Y precisan sus expertos que aquella erupción fue débil en comparación con una de índice IEV-7, en la cual el volumen de emisiones de cenizas supera los 100 kilómetros cúbicos.

Un evento tan poderoso como ese tuvo lugar la última vez en Indonesia, en 1815, y provocó la muerte de decenas de miles de personas. Hoy en día, tal erupción pondría en peligro no solo la vida de las personas que viven cerca: limitaría severamente el tráfico aéreo y afectaría la temperatura global, que podría disminuir debido a la contaminación del aire por cenizas.

Como ejemplo de una poderosa llamarada solar, Deutsche Bank citó la tormenta solar de 1859, conocida como evento Carrington, que causó la falla de los sistemas telegráficos en toda Europa y América del Norte.

Las posibilidad que una megallamarada producto de una gran tormenta solar impacte a nuestro mundo, se ha vuelto muy preocupante al llegar, según nuevas estimaciones, a la nada despreciable chance de 1 en 8.

Actualmente, un suceso similar podría causar graves daños a la infraestructura contemporánea, que está vinculada a la electrónica. Las telecomunicaciones se verían interrumpidas, los sistemas de pago podían dejar de funcionar y los satélites GPS experimentarían interferencias, lo que redundaría en problemas para las industrias que dependen de un posicionamiento preciso, incluida la aviación.

El escenario de una guerra global fue considerado el menos probable, pero su concreción no puede ser descartada por completo. Y las consecuencias serían drásticas.

Fuente: Deutsche Bank. Edición: RT.





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