Cientos de huesos de mamuts han sido hallados bajo el futuro aeropuerto de México
El futuro aeropuerto de Ciudad de México, en la antigua base aérea de Santa Lucía, ya se ha convertido en la mayor tumba de mamuts del mundo, con unos 200 ejemplares fósiles encontrados hasta el momento.
Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) se dieron cuenta de que el área podría esconder restos de mamuts luego de hallar dos trampas prehistóricas para estos animales en noviembre de 2019, como parte de excavaciones de rutina para limpiar el sitio.
El futuro Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles está a poco más de 19 kilómetros de esas trampas. Allí, otro equipo descubrió en mayo que el lecho seco del antiguo lago Xaltocan contenía unos 60 esqueletos de mamuts. Desde entonces, los trabajos han continuado y ahora esa cantidad se ha elevado a 200, con más huesos aún esperando a ser desenterrados.
«Hay demasiados, cientos», dijo Pedro Sánchez Nava, arqueólogo del INAH a The Associated Press.
Por esta razón, un observador acompaña a cada topadora en el sitio de construcción para monitorear todo en busca de conservar los nuevos huesos de mamuts que aparezcan.
La tumba de mamuts más grande descubierta estaba en Hot Springs, Dakota del Sur, con 60 ejemplares, pero la del aeropuerto de México claramente ha superado esa cifra, arrebatándole el primer lugar.
Un descubrimiento que podría ayudar a saber más sobre la extinción de los mamuts
Los mamuts colombinos arribaron a Norteamérica hace 1 millón de años. Medían más de 4 metros de altura y vivían cerca de 70 u 80 años. A diferencia de sus contrapartes europeas, estos animales no tenían mucho pelaje —una adaptación al clima más cálido de la región—. Se extendían desde Canadá hasta Nicaragua y Honduras.
Esta especie de mamut se extinguió entre 13.000 y 10.000 años atrás, y muchos paleontólogos piensan que los prehistóricos cazadores humanos tuvieron un papel mayor en ello. Ese es justamente un aspecto sobre el que podría arrojarse más luz dados los nuevos hallazgos. Los humanos claramente mataron algunos de los mamuts desenterrados en Tutlepec, pero no está claro si tuvieron algo que ver con llevar más 200 de estos animales a su tumba en el lecho del lago.
Los investigadores creen que tal vez los mamuts podrían haberse atorado en el lodo de la orilla del lago para luego morir de inanición o ahogados. Esto podría haber sucedido naturalmente, ya que los pastos y juncos podrían haber atraído a estos gigantes. Pero el gran número de osamentas también podría indicar que los humanos usaron estratégicamente el lugar para su provecho.
«Es posible que los persiguieran y dirigieran hacia el lodo», explica Nava.
De ser cierto esto último, significaría que nuestros ancestros eran capaces de matar un número mayor de mamuts —de una sola vez— de lo que se creía, y que formaba una parte importante de sus dietas.
Sin embargo, los huesos encontrados en el aeropuerto hasta ahora no muestran marcas que indiquen que los humanos carnearon a los animales.
Otra teoría es que estas bestias perecieron debido a un cambio climático que modificó su hábitat, cuando la glaciación terminó.
«Pienso que podría ser una combinación de ambos factores, y que se trató de un efecto sinergético entre el cambio climático y la presencia humana», concluye Joaquín Arroyo-Cabrales del INAH.
Fuente: ScienceAlert/AP. Edición: MP.