BRUCE GERNON: VIAJERO DEL TIEMPO
BRUCE GERNON: VIAJERO DEL TIEMPO
Buenas catrineros , aprovechando la desaparición del vuelo MH370 , aquí os traemos la historia de Bruce Gernon , el llamado «viajero del tiempo vivo».
Existen kilómetros de literatura escrita sobre los extraños sucesos que acontecen en el Triángulo de Las Bermudas, desde Charles Berlitz hasta Arthur C. Clarke, y documentales de la BBC, TVE, Discovery Channel o TLC, pero hoy les vamos a relatar la historia de uno de los únicos testigos envueltos en tales anomalías que sobrevivió ileso para contarlo ( los otros fueron sus acompañantes en la aventura ).
41 años atrás, Bruce Gernon y su padre poseían un exitoso negocio de venta de bienes raíces en el sur de Florida y ambos compartían la pasión por el vuelo, siendo propietarios de su propio avión, un Beechcraft A36 Bonanza.
Por ese entonces, Bruce tenía 20 años y alrededor de 600 horas de vuelo entre las zonas de Florida y las Bahamas.
Fue así que, bajo condiciones de vuelo completamente normales, los Gernon, acompañados por su socio de negocios Chuck Lafeyette despegaron de la pista del aeropuerto de la ciudad de Andros el 4 de diciembre de 1970 a las 3 pm con destino a la Florida.
A pocos minutos de haber iniciado el vuelo, los Gernon notaron la primer anomalía: se presentó frente a ellos ( aproximadamente a un kilómetro de distancia de la aeronave ) una nube lenticular, de forma elíptica, muy similar a las que suelen formarse en los picos montañosos, flotando unos 500 metros por sobre el agua, lo cual constituía un fenómeno poco frecuente, ya que estas nubes no suelen formarse ni tan bajo ni tan cerca del agua, además del hecho de que el controlador aéreo de Miami acababa de informarles que el cielo estaba completamente despejado.
La nube comenzó a crecer gradualmente hasta transformarse en un enorme cúmulo que terminó envolviendo completamente el avión, ante lo cual el piloto, ya algo nervioso, continuó subiendo hasta que unos 10 minutos más tarde y estando a unos 3000 metros de altitud, logró salirse aunque logró ver por su retrovisor que la nube continuaba expandiéndose y había formado un inmenso semicírculo tormentoso de una extensión de aproximadamente 20 kilómetros.
Bruce acelero a 360km/h. hasta perder de vista la extraña formación, pero poco después, en las cercanías de las Islas Bimini, otra nube de aspecto increíblemente similar a la anterior volvió a presentarse frente al avión, aunque en este caso parecía salir del suelo subiendo hasta los 18000 metros. Imposible de esquivar, el piloto se vio obligado una vez más a sumergirse dentro de ella.
Inmediatamente, la visibilidad se redujo a 7 o 8 kilómetros, oscureciéndose el entorno a pesar de que no había ninguna señal de relámpagos ni lluvia, iluminándose esporádicamente con unos flash extraordinariamente brillantes de color blanquecino.
El piloto cayó entonces en la cuenta de que la nube formaba una curva casi perfecta hacia el este y que su avión había quedado atrapado entre Andros y Bimini como lados opuestos de un mismo e inmenso anillo ondulante de 50 kilómetros de diámetro, y que no tenía otra opción que salirse de esa trampa lo más pronto posible.
Fue entonces que vio una especie de U abriéndose en la nube como un túnel horizontal de un poco más de un kilómetro de diámetro y 15 kilómetros de largo, pudiéndose divisar el cielo perfectamente claro al otro lado.
Bruce eligió meterse en el túnel, pero al hacerlo notó que el mismo se iba reduciendo a medida que el aeroplano avanzaba, tanto en ancho como en largo, y al acelerar más el avión más se comprimían los perfectamente redondeados bordes ( que giraban en sentido contrario a las agujas del reloj ) y el largo.
20 segundos mas tarde, el avión logró salir y al hacerlo todos los tripulantes experimentaron una sensación antigravitatoria y un impulso extra que no provino del motor, mientras todos los instrumentos de medición del avión desquiciaron.
A sus espaldas, vieron que el túnel se disolvía completamente dentro de una hendidura que giraba vertiginosamente, esta vez en el mismo sentido que el de las agujas del reloj. A su alrededor, todo era gris y nublado, la visibilidad no pasaba de 3 o 4 kilómetros, se experimentaba la sensación nó de volar a través de la neblina, sino CON ella, que la misma se encontraba adherida o integrada al cuerpo del avión y debajo ni siquiera se alcanzaba a divisar el océano. Aparentemente, estaban dentro de una nube electrónica que suelen aparecer en el área, aunque no presentaba los colores característicos de una «green flash».
Bruce se comunicó con la torre de control para reportarse unos 150 kilómetros al sur de Miami, pero el controlador de la torre le dijo que le era completamente imposible ubicarlo por radar en dicha zona, y unos minutos después le informó que acababa de divisar su avión sobre las playas de Miami.
Bruce miró su reloj y vio que estaban volando desde hacía sólo 34 minutos, y le porfió que lo estaba confundiendo con otro avión, pues el suyo no podría haber llegado aún más allá de Bikini.
De repente, la neblina se convirtió en largas líneas horizontales de varios kilómetros de largo que se fueron ensanchando hasta que pudieron ver el límpido cielo, y debajo de ellos, tal cual lo anunciara el controlador, las playas de Miami.
Aterrizó en Palm Beach y constató que el vuelo había durado 47 minutos, cuando debieron haber demorado por lo menos 75 minutos en recorrer dicho trayecto en línea directa, que tampoco había sido el plan empleado en esta ocasión por lo cual la demora debió ser aún mayor.
Su reloj y el de los demás pasajeros indicaban la misma hora: 15h48. El avión había recorrido los 460km del vuelo en únicamente 47 minutos.
Los tripulantes quedaron tan shockeados que no se animaron a hablar del tema ( incluso entre ellos ) durante largo tiempo, repasando una y otra vez la experiencia tratando de comprenderla.
Finalmente, dos años después, Bruce entendió que la clave de las anomalías había sido el tiempo.: habían viajado 100 kilómetros de espacio que habrían tomado 30 minutos de tiempo, en un poco más de tres minutos.
http://youtu.be/oX49xam2Wts
Cabe destacar que después de su experiencia, Gernon tuvo intuiciones o percepciones que lo impulsaron a dirigirse a determinadas zonas donde, increíblemente, y en compañía de su familia, protagonizaron avistamientos OVNI, a los cuales Bruce sintió conectados con su experiencia.
Esta percepción se fue desvaneciendo gradualmente en él hasta desaparecer completamente con el transcurrir de los años.