MISTERIO

Arqueólogos encuentran evidencia de la historia bíblica del Éxodo de Moisés hacia la tierra prometida

Durante una reciente excavación, la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) realizó asombrosos descubrimientos en la antigua ciudad de Zanoah. Se desenterraron muros de piedra y cerámica de más de 3.200 años de antigüedad, proporcionando evidencia concreta del asentamiento de los israelitas en lo que consideraban la «Tierra Prometida» tras su éxodo de Egipto bajo el liderazgo de Moisés.

Arqueólogos encuentran evidencia de la historia bíblica del Éxodo de Moisés hacia la tierra prometida.

El cruce del mar Rojo. Óleo por Hans Jordaens III. En el círculo, uno de los muros desenterrados durante la reciente excavación de la IAA en Zanoah, centro de Israel.

La historia del viaje hacia la tierra prometida se encuentra en los libros bíblicos de Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Comienza con los israelitas esclavizados en Egipto, hasta que el faraón, coaccionado por 10 terribles plagas, accede a liberarlos. Moisés los guía a través del mar Rojo, que se abre milagrosamente.

Una vez en la península del Sinaí, según las escrituras, viajaron al monte homónimo, donde Moisés recibió los 10 mandamientos.

El grupo se dirigió entonces a la frontera sur de Canaán, pero, al tener demasiado miedo para entrar, fueron condenados por Dios a pasar décadas en el desierto.

Moisés en el monte Sinaí.

‘Moisés en el monte Sinaí’, por Jean-Léon Gérôme (1895-1900).

Tras pasar los años en el oasis de Cades Barnea, los israelitas viajaron a la frontera oriental de Canaán, donde Moisés murió y fue enterrado en el monte Nebo. En el libro de Josué, que sigue al Deuteronomio, Josué asume el liderazgo y lleva a su pueblo a la tierra prometida a través del río Jordán, conquistando Jericó.

Josué 15:34, 56 describe los límites y ciudades dentro de la asignación tribal de Judá una vez que entraron en la tierra prometida, incluyendo a Zanoah, sitio que ahora los investigadores la IAA han excavado.

El equipo descubrió muros construidos con hileras de grandes rocas blancas, que creían eran muros de contención para terrazas de cultivo, utilizadas para crear áreas niveladas para la siembra y proteger el suelo inclinado de la erosión. También se desenterraron fragmentos de cerámica, uno de los cuales tenía un sello en el asa que decía «del Rey», en honor al reinado del rey Ezequías en Judá en el año 701 a.C.

Dos de los muros excavados. Crédito: IAA.

La vida de Ezequías se describe en el libro bíblico de 2 Reyes, capítulos 18-20. En 2 Crónicas, se dice que el rey reabrió el templo de Salomón —conocido como «el Primer Templo»— construido en el lugar donde Dios creó a Adán.

Ezequías también destruyó la estatua de la serpiente de bronce que Dios mandó a Moisés hacer, mencionada en Números 21:8-9: «Entonces el Señor dijo a Moisés: “Haz una imagen de serpiente y ponla en un asta”».

Vista aérea del área de excavación. Crédito: IAA.

Fragmentos de cerámica cubrían el paisaje, con aproximadamente el 20 por ciento datando de la época en que se dice que los israelitas llegaron después de 40 años de deambular por el desierto; el resto fue creado durante los siguientes 900 años.

«Un fragmento decorado de un cuenco cosmético hecho de piedra caliza blanca tiene un borde ancho adornado con tres bandas concéntricas separadas por espacios: las bandas externa e interna son estrechas y presentan una decoración de cuerda, mientras que la banda central es ancha y presenta un patrón de cuadrícula intermitente», compartieron los investigadores en el estudio.

Cuenco cosmético hecho de piedra caliza blanca. Crédito: IAA.

Otros hallazgos incluyen cuencos y jarras, una de las cuales tiene perforaciones que sugieren que pudo haber sido usada como linterna, y también se descubrieron objetos metálicos —aunque no se ha especificado cuándo fueron hechos, solo que eran joyas de bronce como un anillo y un fragmento de pendiente—.

Otros restos que indican que antiguos humanos una vez vivieron en la región incluían herramientas de hierro, clavos de varios tamaños y tiras de bronce utilizadas para soldar hierro.

Sello LMLK grabado en un fragmento de cerámica desenterrado. Estos sellos se datan en el período del reinado del rey Ezequías (alrededor del siglo VIII a.C.). Las letras LMLK son una abreviatura de Lamed Mem Lamed Kaf, que se traduce como ‘perteneciente al rey’ en hebreo. Crédito: IAA.

«Si bien es probable que algunos de los hallazgos se originaran en las ruinas y posteriormente fueran arrastrados cuesta abajo con el tiempo, la mayoría —especialmente los que datan del período bizantino temprano— se relacionan con actividades agrícolas realizadas en las laderas de la colina», explicaron los investigadores, quienes subrayaron que esta gran cantidad de hallazgos indica la importancia del sitio «y destaca su potencial significado».

El estudio detallando los resultados de las excavaciones en Zanoah ha sido publicado en Hadashot Arkheologiyot.

Fuente: DM. Edición: MP.