Naves de la ESA fotografían misteriosas formas arácnidas en Marte
En los primeros años de la década de 1970, David Bowie bautizó famosamente a su banda de acompañamiento como The Spiders from Mars (‘Las Arañas de Marte’). Sin embargo, es seguro que la leyenda del rock no tenía ni idea de que esto describe un fenómeno real en nuestro vecino planeta rojo.
Eso sí, en lugar de ser arañas reales, estas pequeñas y oscuras características se forman cuando la luz del sol de primavera incide sobre capas de dióxido de carbono depositadas durante los oscuros meses de invierno. La luz solar provoca que el hielo de dióxido de carbono en el fondo de la capa se convierta en gas, que posteriormente se acumula y atraviesa losas de hielo superiores. El gas se libera en la primavera marciana, arrastrando material oscuro hacia la superficie a medida que avanza y fractura capas de hielo de hasta un metro de espesor.
El gas emergente, cargado con polvo oscuro, se eleva a través de grietas en el hielo en forma de altas fuentes o géiseres, antes de caer de nuevo y asentarse en la superficie. Esto crea manchas oscuras de entre 45 metros y 1 km de diámetro. Este mismo proceso crea patrones característicos en forma de «araña» grabados debajo del hielo —por lo que estas manchas oscuras son una señal reveladora de que las arañas pueden estar acechando debajo—.
Ahora, nuevas imágenes obtenidas por las sondas ExoMars TGO y Mars Express, ambas de la Agencia Espacial Europea (ESA), muestran con gran claridad los patrones en forma de tentáculos de las arañas.
Los canales en forma de telaraña capturados por TGO se encuentran cerca, pero fuera, de la región observada en la nueva imagen del Mars Express, cuya vista muestra las manchas oscuras en la superficie formadas por el escape de gas y material.
Las susodichas manchas oscuras se pueden distinguir por toda la imagen del Mars Express, extendiéndose por colinas imponentes y mesetas extensas. Sin embargo, la mayoría se concentra en la región oscura a la izquierda, que se encuentra en la periferia de una parte de Marte apodada «Ciudad Inca». La razón de este nombre no es un misterio, ya que la red lineal, casi geométrica, de crestas recuerda a las ruinas incas. Conocida de manera más formal como Angustus Labyrinthus, la Ciudad Inca fue descubierta en 1972 por la sonda Mariner 9 de la NASA.
Un origen misterioso
Los científicos planetarios aún no están seguros de cómo se formó la Ciudad Inca. Podría ser que las dunas de arena se hayan convertido en piedra con el tiempo. Quizás material como magma o arena esté filtrándose a través de láminas fracturadas de roca marciana. O, las crestas podrían ser «eskers», estructuras serpenteantes relacionadas con los glaciares.
Las «paredes» de la Ciudad Inca parecen trazar parte de un gran círculo, con 86 km de diámetro. Por lo tanto, los científicos sospechan que la «ciudad» se encuentra dentro de un gran cráter que se formó cuando una roca del espacio impactó en la superficie del planeta. Este impacto probablemente causó fallas que se propagaron a través de la llanura circundante, las cuales luego fueron llenadas con lava ascendente y que desde entonces se han desgastado con el tiempo.
Hacia la sección central de la imagen, el paisaje cambia un poco, con remolinos grandes y ovalados que crean un efecto reminiscente de mármol. Se cree que este efecto ocurre cuando los depósitos en capas se desgastan con el tiempo.
Hacia la derecha-centro del marco, se encuentran algunos prominentes montículos y colinas con flancos empinados y partes superiores planas que se elevan más de 1.500 metros sobre el terreno circundante. Estos se forman a medida que el material más suave es erosionado con el tiempo por flujos de viento, agua o hielo, dejando atrás el material más duro que forma estas colinas.
El suelo hacia la derecha (norte) se va cubriendo cada vez más de polvo suave y de color claro. Algunos signos de arañas se pueden ver dispersos por las mesetas aquí, acechando entre varios cañones y depresiones.