Proyecto de restauración de dunas revela búnkeres de la Segunda Guerra Mundial en perfecto estado
Un proyecto de restauración para eliminar plantas invasoras de las dunas en Bélgica, ha dado lugar al descubrimiento de tres búnkeres de la Segunda Guerra Mundial y otras estructuras bélicas.
En los últimos meses, se llevaron a cabo intensas excavaciones en las dunas de la costa de Knokke-Heist, un municipio de Flandes Occidental y uno de los balnearios belgas más famosos ubicados cerca de la frontera con Países Bajos.
Estas obras tenían como objetivo restaurar las dunas mediante la eliminación de plantas invasoras y se enmarcaron en el proyecto europeo LIFE DUNIAS, ejecutado bajo la coordinación de la Agencia de Naturaleza y Bosques. Dado que era muy probable que durante las obras también salieran a la luz restos de de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, los trabajos de excavación fueron seguidos de cerca por arqueólogos.
Como resultado, en la parte de Director General Willemspark, un parque de 19 hectáreas en Knokke-Heist, se encontraron tres búnkeres nazis completamente intactos, cubiertos con apenas unas decenas de centímetros de tierra. Son del tipo VF2a, que son «más ligeros» y constan de una sola habitación. En el exterior, estos búnkeres miden 6 por 7 metros, las paredes y el techo son de hormigón armado de un metro de espesor.
Además de estos búnkeres, también se examinaron dos zanjas de ladrillo, un fragmento de una pista de hormigón y un pozo de agua.
Lamentablemente, no se encontraron restos de la Primera Guerra Mundial, época en que el ejército alemán construyó dos baterías de artillería pesadas llamadas «Freya» y «Augusta».
Parte del Muro Atlántico
Durante la Segunda Guerra Mundial, las tropas de la Alemania nazi recuperaron varias de estas estructuras y convirtieron el Willemspark en un bastión militar: el llamado Stützpunkt Heyst. Su construcción se inició en 1942 y a partir de 1943 pasó a formar parte del Muro Atlántico, que debía absorber una posible invasión aliada de la costa.
En base a fotografías aéreas, descripciones de los combatientes de la resistencia y mediciones de posguerra, se pudo establecer una imagen de este extenso puesto de apoyo alemán. Todas sus construcciones formaban parte de un intrincado sistema de defensa compuesto por barricadas, trincheras y carreteras de concreto. En la costa, se encontraban emplazamientos de artillería pesada y un muro antitanque, mientras que en el lado terrestre, el abastecimiento se llevaba a cabo a través de la línea del tranvía.
En resumen: Stützpunkt Heyst era una fortaleza casi inexpugnable.
Grandes montañas de escombros
Igualmente impresionantes fueron las grandes montañas de escombros que surgieron durante los trabajos de excavación, restos de los numerosos y frenéticos trabajos de demolición que posteriormente intentaron borrar por completo la oscura historia bélica del parque. Entre los escombros desenterrados había utensilios de la guerra, restos de tuberías de agua, cableado y en ocasiones incluso municiones.
Mientras tanto, dado que los búnkeres eran material más pesado, fueron cubiertos con una capa de tierra y escondidos, como si nunca hubieran existido.
«Hoy, afortunadamente, la visión sobre estos restos de guerra ha cambiado un poco. Bellas o feas, determinan en gran medida la apariencia del paisaje contemporáneo de dunas y son una parte inseparable de nuestro pasado colectivo», dijo un portavoz del proyecto LIFE DUNIAS.
Después de un registro minucioso, los búnkeres volvieron a ser cubiertos con arena para preservarlos.
Fuente: Knokke Heist. Edición: MP.