¿Por qué los satélites de Starlink no chocan con los ovnis que presuntamente nos visitan?
Actualmente, hay alrededor de 6.000 satélites Starlink en órbita terrestre. El CEO de la compañía, Elon Musk, ha citado este hecho como evidencia de que los ovnis no nos visitan desde el espacio, ya que —de ser así— alguno de sus satélites habría tenido que maniobrar para evitar colisiones con naves alienígenas. En el siguiente artículo, el astrónomo de Harvard, Avi Loeb, nos explica por qué este argumento es falaz.
Un periodista me presentó una recopilación de declaraciones recientes de Elon Musk sobre los extraterrestres. Incluía una entrevista donde este dijo: «No he visto evidencia de extraterrestres y, con unos 6.000 satélites orbitando la Tierra, creo que lo sabría».
Esta declaración se basó en el hecho que ninguno de estos aparatos en órbita tuvo que maniobrar alrededor de un ovni.
Para concluir su pensamiento, además, Musk señaló que «deberíamos realmente pensar en la civilización humana como una pequeña vela en una vasta oscuridad».
Esta última frase es prematura según los estándares de la ciencia. Hay que tener en cuenta que el volumen ocupado por el disco de estrellas en nuestra galaxia es 41 órdenes de magnitud (1 seguido de 41 ceros) más grande que el área cubierta por los satélites, y que la historia de la Vía Láctea se mide en miles de millones de años.
En cuanto a lo otro, incluso cerca de la Tierra, la probabilidad de que un objeto del tamaño de un metro choque con un satélite Starlink en una órbita a una altitud de aproximadamente 550 kilómetros es de 1 en 10 millones. Se necesitarían mil años para que ocurriera una colisión. Pero aunque hubiera muchos ovnis de tamaño similar a un metro cerca de la Tierra, la mayoría podría pasar la mayor parte del tiempo a una altitud menor.
Dejando de lado esta ínfima probabilidad de una colisión directa, los satélites Starlink no están equipados con cámaras y sensores necesarios para detectar objetos que lleguen a la Tierra desde el espacio interestelar. Para eso está el Proyecto Galileo que dirijo en el Observatorio de Harvard.
Buscando ovnis en el espacio
Los astrónomos nunca construyeron un observatorio para vigilar todo el cielo en todo momento para detectar objetos cercanos y de movimiento rápido. En los últimos meses, hemos utilizado nuestros sensores ópticos, infrarrojos y de audio para detectar casi un millón de objetos en el cielo. Hasta ahora no hemos encontrado un ovni. Pero incluso si uno de cada mil millones de objetos resultara ser de origen interestelar, este descubrimiento sería una gran noticia para la humanidad. La tarea del gobierno es la seguridad nacional y no deberíamos pedirle que nos diga qué hay más allá del sistema solar. Esa es mi tarea como astrofísico.
El Proyecto Galileo está en proceso de construir dos réplicas del Observatorio de Harvard en Colorado y Pensilvania, con un costo de medio millón de dólares por observatorio. Con una inversión de diez millones de dólares, podríamos construir veinte observatorios en diferentes ubicaciones y llegar al fondo de la misteriosa naturaleza de los Fenómenos Anómalos No Identificados (UAP, por sus siglas en inglés) reportados por el Director de Inteligencia Nacional al Congreso de EE.UU. en los últimos años. Si Elon Musk está genuinamente interesado en saber si hay objetos interestelares orbitando cerca de la Tierra, el equipo del Proyecto Galileo puede construir los observatorios necesarios para él.
Pero hay otra vía para recopilar evidencia científica relacionada. Hace un año, lideré una expedición al océano Pacífico para recuperar materiales del lugar del impacto del meteorito interestelar de 2014 descubierto por satélites del gobierno de EE.UU. Ahora estamos planificando la próxima expedición en busca de piezas más grandes de este «naufragio». Nuevamente, Elon Musk podría promover la recolección de nuevos datos financiando esta nueva expedición. Estaríamos encantados de tenerlo en nuestro equipo de investigación o informarle directamente en tiempo real desde el océano Pacífico, en caso de que desee ayudarnos.
Basura alienígena
En la Vía Láctea sola, hay cientos de miles de millones de estrellas que son más antiguas que el Sol por miles de millones de años. Incluso con la propulsión química convencional, como la utilizada por SpaceX, se necesita menos de mil millones de años para atravesar el disco de la Vía Láctea de un lado a otro. Sería arrogante pensar que estamos solos sin revisar nuestro entorno cercano en busca de basura tecnológica interestelar.
Consideren el automóvil Tesla Roadster lanzado como carga simulada por SpaceX en 2018. Ahora está en una órbita elíptica alrededor del Sol, pero no puede ser visto por nuestros telescopios de investigación porque su pequeño tamaño no refleja suficiente luz solar. Sin embargo, el automóvil sería fácilmente detectado por los satélites del gobierno de EE.UU. cuando colisione con la Tierra en decenas de millones de años, en forma de una bola de fuego que generará debido a su fricción con el aire.
Me pregunto cuántas cargas simuladas parecidas al automóvil Tesla Roadster están allá fuera, constituyendo basura espacial interestelar. De vez en cuando, uno de ellos podría colisionar con la Tierra, y podríamos recuperar su motor defectuoso de los restos en el fondo del océano.
Cuando la gente dice: «las afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria», no están buscando la evidencia. En respuesta, digo: «la evidencia extraordinaria requiere financiamiento extraordinario y los instrumentos adecuados». Para descubrir el bosón de Higgs, tuvimos que invertir diez mil millones de dólares en el Gran Colisionador de Hadrones. El nuevo conocimiento científico no cae en nuestro regazo; requiere un esfuerzo dedicado.
La incertidumbre de Elon Musk sobre los extraterrestres puede resolverse utilizando el método científico. Soy tan curioso como él sobre los extraterrestres y estaré encantado de realizar la búsqueda científica en colaboración con él. El camino no tomado es sencillo: puede contactarme fácilmente por correo electrónico o teléfono. En 2012, Elon y yo fuimos destacados en la misma página de la lista de Scientific American de Las 25 personas más influyentes en el espacio.
Por Avi Loeb para MysteryPlanet.com.ar.