MISTERIO

Nuevas evidencias respaldan la hipótesis del impacto de un cometa hace 13.000 años

La consecuencias de este impacto cambiaron el clima, la ecología de la Tierra, y a la propia humanidad.

Nuevas evidencias respaldan la hipótesis del impacto de un cometa hace 13.000 años.

Crédito: UC Santa Barbara.

El Dryas Reciente es un periodo climático que ocurrió aproximadamente entre 12.900 y 11.700 años atrás, al final del Pleistoceno. Durante este tiempo, las temperaturas globales descendieron bruscamente tras un periodo de calentamiento posterior a la última glaciación.

La mayoría de los investigadores sugieren que un cometa o asteroide podría haber sido el responsable. Y aunque dicha hipótesis sigue siendo objeto de debate, recientes descubrimientos han proporcionado nuevas evidencias que la apoyan.

Por ejemplo, en los núcleos de hielo de Groenlandia, el arqueólogo Christopher Moore ha encontrado niveles elevados de químicos —llamados aerosoles de combustión— que indican un gran incendio prehistórico al inicio del evento climático del Dryas Reciente. En sitios tan diversos como Siria y Carolina del Sur, ha encontrado platino, que es raro en el suelo terrestre pero abundante en los cometas.

Asimismo, ha hallado microesferas magnéticas de hierro, que sugieren que algo lanzó hierro fundido por todo el mundo.

75 elefantes sobre una moneda

El último descubrimiento de Moore implica «cuarzo fracturado por choque» encontrado en tres sitios: Carolina del Sur, Maryland y Nueva Jersey. Estos pequeños granos minerales tienen grietas microscópicas donde el cuarzo se transformó en sílice fundido. Hallarlos tan separados geográficamente añade a la historia: el cuarzo no sufre metamorfosis ni viaja 800 kilómetros sin un impacto significativo.

«Es como poner 75 elefantes sobre una moneda», dijo el arqueólogo. «Es una cantidad tremenda de presión la que crea lo que estamos viendo».

Secuencia de Carolina del Sur que muestra la distribución de abundancia de microesferas y cuarzo fracturado por choque. Crédito: C.R. Moore et al.

En los tres sitios mencionados, Moore encontró cuarzo fracturado por choque, platino y microesferas en mayor abundancia en las capas de suelo expuestas durante el periodo del Dryas Reciente, en comparación con las capas circundantes.

¿Un cometa sin cráter?

Los hallazgos sugieren que un cometa impactó la Tierra, esparció minerales por doquier y causó un gran incendio que podría haber consumido las plantas que comían los grandes mamíferos, mientras que el humo de tal incendio podría haber desencadenado un periodo de enfriamiento global.

«Sospecho que jugó un papel importante en la extinción de la megafauna», comentó Moore.

Granos de cuarzo fracturados por choque del sitio de Newtonville (a-c), el sitio de Parsons Island (d-f) y Flamingo Bay (g-i). Las imágenes fueron adquiridas mediante microscopía óptica y SEM. Las flechas amarillas identifican fracturas por choque seleccionadas. Crédito: C.R. Moore et al.

Pero esa historia plantea un par de preguntas. La primera es la que hacen muchos críticos del Dryas Reciente: ¿Dónde está el cráter?

Moore no descarta la existencia de un cráter, pero también dice que el cometa podría no haber dejado uno. Las simulaciones por computadora han mostrado que un cometa podría explotar antes de golpear el suelo y generar una onda de choque con impactos de largo alcance sin dejar un cráter identificable.

«Explotan en el aire antes de golpear el suelo, pero si están lo suficientemente bajos, la onda de choque y el calor pueden golpear el suelo, fundir sedimentos, producir microesferas y fracturar el cuarzo», describió el arqueólogo.

Luego hay una pregunta más existencial: si un gran cometa golpeó nuestro planeta una vez, ¿podría volver a suceder?

La respuesta es sí. Por eso los científicos escanean el cielo en busca de objetos en curso de colisión con la Tierra. Pero la búsqueda de cometas al estilo de Armageddon no es infalible. Desde 2001, satélites militares han detectado más de 20 grandes meteoros explotando en la atmósfera con suficiente energía como para ser confundidos con una explosión nuclear.

Estos meteoros no detectados previamente explotaron en la atmósfera superior —demasiado lejos del suelo para causar daño, pero demasiado cerca para ignorar—.

«Nos están golpeando más de lo que la mayoría de la gente piensa», señaló Moore. «Es solo cuestión de tiempo antes de que tengamos algo como el impacto del Dryas Reciente».

«Necesitamos pensar mucho más en cómo estos impactos pudieron haber afectado a las sociedades humanas en el pasado», concluyó, aludiendo tal vez a misteriosos grabados en Göbelki Tepe, Turquía, que parecen ilustrar la caída de un cometa a la Tierra.

El estudio de Moore sobre el cuarzo fracturado por choque fue publicado en la revista Airbursts and Cratering Impacts.

Fuente: UCS.  Edición: MP.