Desentierran cámara funeraria repleta de tesoros entre los Guerreros de Terracota
Arqueólogos han desenterrado una tumba repleta de tesoros, custodiada por el Ejército de Terracota, que podría pertenecer a uno de los hijos del primer emperador de China.
En 1974, unos aldeanos cerca de Xi’an, China, cavaban un nuevo pozo cuando desenterraron varias figuras de soldados de barro. Los arqueólogos pronto descubrieron que habían encontrado el Ejército de Terracota, los guerreros de 2.200 años esculpidos para custodiar la tumba del primer emperador de China, Qin Shi Huang.
En 2011, trabajos en la zona dieron con otros nueve sepulcros en el vasto mausoleo, pero la ley china prohibió realizar excavaciones adicionales. A principios de este año, la situación cambió. Fuertes lluvias amenazaron con destruir partes del lugar, por lo que las autoridades dieron permiso a los arqueólogos para retirar los ataúdes del suelo, incluyendo uno que se sospecha pertenece uno de los hijos del emperador, el príncipe Gao.
De unas 15 toneladas de peso total, la tumba contenía tanto un ataúd como un tesoro, incluyendo armas, armaduras, jade, oro, utensilios de cocina y 6.000 monedas de bronce. Y aunque no mostraba signos de saqueo o robo, estaba considerablemente deteriorada.
«La tumba fue construida con gran precisión», dijo el líder de la excavación Jiang Wenxiao, según informó GB News. «Tan profunda, tan grande en escala. La mayoría de las tumbas antiguas han sido saqueadas, por lo que no teníamos mucha esperanza en la cámara del ataúd. Pero resultó que no había sido robada. Estábamos asombrados».
Ahora, tras «empaquetar» la tumba y extraerla con una grúa para llevarla al laboratorio, los investigadores esperan discernir qué figura antigua fue enterrada en una cripta tan elaborada.
Investigando los orígenes de la tumba
Qin Shi Huang dejó numerosos herederos al trono. Según los Registros del Gran Historiador (Shiji) de Sima Qian, se estima que tuvo más de 30 hijos y numerosas hijas. Entre sus descendientes, dos hijos destacan por su relevancia histórica.
Fusu, el hijo mayor y heredero designado, fue enviado a la frontera norte como castigo por oponerse a las políticas del primer ministro Li Si y del eunuco Zhao Gao. Tras la muerte de Qin Shi Huang, Zhao Gao y Li Si falsificaron el testamento del emperador, instalando al segundo hijo, Huhai, como el nuevo emperador, conocido como Qin Er Shi. El breve y caótico reinado de Huhai contribuyó a la rápida caída de la dinastía Qin.
Otra figura importante es el príncipe Gao. Según los relatos históricos, después de la muerte de Qin Shi Huang, los hijos del emperador enfrentaron destinos trágicos. En particular, el príncipe Gao solicitó terminar con su vida y ser enterrado junto a su padre en el mausoleo a cambio de que se perdonara a su familia. Este acto de sacrificio subraya la brutalidad y las luchas de poder que caracterizaron la sucesión tras la muerte del primer emperador.
Actualmente, los investigadores sospechan que la tumba que desenterraron podría pertenecer a este príncipe que decidió suicidarse. Hasta ahora, piezas dentales han demostrado que se trata de alguien joven, lo que abona a esta teoría.
«Por primera vez en 2.000 años, tenemos la oportunidad de averiguar si lo que escribió Sima Qian es correcto», comentó Hui Ming Tak Ted, historiador de la dinastía Qin y profesor asociado en la Universidad de Oxford».
Más información y contexto histórico puede ser visto en el documental Misterios de los guerreros de terracota, estrenado esta semana en Netflix.
Fuente: GB/ATI/The Times. Edición: MP.