La profecía atómica del Bastón de Mando
Una misteriosa reliquia indígena habría provisto a quienes estuvieron en contacto con ella, visiones sobre una catástrofe nuclear poco antes que sucediera la explosión de Chernóbil.
Es el 29 de marzo de 1986.
En la apacible localidad bonaerense de San Isidro, Provincia de Buenos Aires, se encuentra la Escuela Hermética Primordial de las Antípodas. Está ubicada en la calle Manzone 181, frente a las vías del Ferrocarril General Mitre, en el mismo domicilio de su principal divulgador: el Prof. Dr. Guillermo Alfredo Terrera. Un catedrático formado en ciencias sociales y antropológicas, devenido hace unos pocos años en metafísico. En aquella escuela custodia un objeto extraño: el Bastón de Mando, que perteneció a la etnia de los indios comechingones.
El profesor tiene visitas: su amigo Carlos Varela, acompañado por Erika Deutsch-Layne, argentina, y su esposo, el ingeniero norteamericano Michael Roy Layne. La pareja de recién casados es oriunda de Boston y se encuentra visitando lugares mágicos en territorio argentino. Gracias a la gestión Varela se enteraron de la existencia del Bastón de Mando, también conocido como Toqui Lítico o Piedra de la Sabiduría.
Terrera deposita cuidadosamente el misterioso objeto sobre una mesa. Se trata de una piedra basáltica negra de 1,10 metros de largo y 4 centímetros en su base redondeada. Erika y Michael se arrodillan ante el Bastón, lo tocan e inician una profunda meditación.
Al cabo de unos minutos en completo silencio, Roy Layne se incorpora asustado, con los ojos cargados de lágrimas. Su esposa también está conmovida. Terrera los interpela sobre lo sucedido. El ingeniero describe su visión: en el hemisferio norte del planeta vislumbró una gran explosión, similar a las producidas por una detonación nuclear. Una que provocaría importantes muertes y devastación. Tanto Terrera como Varela toman nota de esta visión y, al término del encuentro, se despiden de los visitantes.
De vuelta en los Estados Unidos, Erika y Michael retoman sus actividades habituales. Aquella terrible visión queda como una anécdota de viaje, no por menos fascinante.
Cuando el 26 de abril —casi un mes después— los noticiarios e informativos dan cuenta del estallido sucedido en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, más conocida como Chernóbil, en la Unión Soviética, Roy Layne queda estupefacto.
El Bastón de Mando, a través de sus cualidades metafísicas, había anticipado una de las mayores catástrofes nucleares de la historia humana.
Una antena a futuros probables
Hacia los años 80, la actividad en la Escuela Hermética Primordial de las Antípodas fundada por el Prof. Dr. Terrera era intensa. Por un lado, el catedrático ofrecía charlas profusas sobre diversos tópicos, desde la sociología, antropología, pasando por la magia y las costumbres originarias. Eran ponencias orales que contaban con proyecciones de diapositivas. El docente, siempre parado y exhibiendo sus casi dos metros de altura, era firme en su posición y expresaba sus conocimientos de forma directa, sin rodeos.
Pero lo que más atraía de aquel sitio era la posibilidad, previa aceptación del profesor, de tener contacto físico y, por qué no, metafísico con el Bastón de Mando. Esta pieza hacía las veces de antena entre las energías cósmicas y la raza humana, también permitía captar videncias; mensajes de otro plano de la existencia. Tal vez un futuro alternativo, probable, o tan sólo el suspiro de una posibilidad perdida.
Con la ayuda de los denominados «cantos gentilicios» y «mantras» los alumnos se preparaban para recibir información de la situación política, social o económica de tiempos por venir.
Pero el trabajo con el Bastón no se limitaba exclusivamente a obtener videncias, tal como nos informa un discípulo:
«También era utilizado para realizar curaciones metafísicas ya sea con la persona presente o a distancia. También era utilizado para realizar invocaciones a los dioses para pedir o agradecer entre otras cosas y para realizar videncias poniéndose en resonancia con él».
La recepción de visiones provocadas por la recitación de los mantras y, fundamentalmente, y por el contacto físico con el Toqui Lítico, podía conmover al individuo ejecutante. Así lo narra otra testigo:
«Mi experiencia fue maravillosa. En su presencia me sentía transportada a otros mundos. Cuando lo vi por primera vez y pude tenerlo entre mis manos no podía creer que estaba teniendo 8000 años de historia entre mis manos; que esa piedra pulida había estado en poder de tantos seres de luz y hoy la tenía yo, la estaba contemplando y como una película pasaba sobre mi cabeza tanta historia».
Como fruto de muchas experiencias de discípulos y ocasionales visitantes, el Prof. Dr. Terrera editó en el año 1990 un cuadernillo titulado Videncias y Mensajes Cósmicos.
En el prólogo leemos:
«En todas las actividades humanas, son conocidas las características que presentan las llamadas “videncias” y los “mensajes”, no tanto en el Orden natural de tales manifestaciones, sino en cuanto son referidas a las posibilidades metafísicas y extrasensoriales de determinadas personas que poseen una actividad mental y una capacidad hipersensible de exquisita captación, para tener una videncia o recibir un mensaje de aquellos que la ciencia clasifica como “cósmicos”.
»Las palabras de videncia y mensaje, tienen una explicación lógica, para explicitar actitudes, en cierta manera comunes, a esos fenómenos psíquicos, los cuales representan hechos ciertos que tanto la psicología, como la antropología o la medicina en su rama neurológica se encargan de investigar, ante la magnitud de las comprobaciones que a diario se suceden, en personas de actividad videncial o receptoras de mensajes que denotan un alto grado de producción glandular o neurofisiológica, apta para ese tipo de capacidad extrasensorial.
»Desde hace miles de años, los hombres han manifestado su idoneidad para videnciar hechos que pueden ser pasados, presentes o futuros y para recibir mensajes, tal como lo explicaba Platón en otros tiempos o el psicólogo Miguel Serrano en nuestros días, citando solo a dos estudiosos, para no enumerar una innecesaria lista de ellos.
»Videncia proviene del latín antiguo en las voces videns o entis que equivalen a ver algo, tanto por vías normales o sensoriales, como por canales denominados extrasensoriales. Este videns es una perspicacia, un anuncio, algo que de pronto se ve. Es observar, videnciar algo qua ya ocurrió, que ha sucedido en ese preciso instante o que puede ocurrir. Tales son las características de “videnciar”, de “ver”.
»Es la actitud propia de un hipersensible, de uno que hace revelaciones, que simplemente videncian hechos y los transmiten. Estas videncias pueden considerarse en algunos casos, como verdaderas profecías. En muchas ocasiones, quienes hacen profecías o anuncios del futuro, reciben el nombre milenario de “Profetas”, personas que anticipan acontecimientos, tanto físicos o materiales como espirituales. La Historia de la Humanidad, registra enorme cantidad de estos hipersensibles conocidos como “Profetas”.
»Vidente entonces, es aquella persona que puede “ver” cualquier tipo de acontecimiento y es aceptado científicamente, como un producto o resultante de una intensa y compleja actividad neurofisiológica que se desarrolla en determinados individuos.
»Las videncias o profecías que el hombre ha realizado en cientos de miles de casos, podemos sintetizarlas, dada la brevedad de nuestro trabajo, en los casos tan conocidos de Juana de Arco, Santa Rosa, Don Orione, Solari Parravicini, Cenzano Cáceres, Marchessini, los sabios aztecas, mayas o incas, etc., para nombrar solo a algunos, de entre las miles de personas que poseen la capacidad de videnciar o recibir mensajes cósmicos.
»Mensaje, en latín antiguo se expresa con las voces de missus o missagium y se integra, mediante un conjunto de palabras que tienen un sentido determinado y es enviado por una persona a otra, para comunicarle algo, hacerle saber una noticia. Esto es en el sentido normal o sensorio de la comunicación, del mensaje, pues existe otro tipo de “mensaje” o enseñanza, de contenido puramente extrasensorial y que son receptados por personas también conocidas como hipersensibles, paranormales o psicómetras.
»El conocimiento del hombre, atesorado por miles de años y luego esclarecido por la Metafísica y la Ciencia, manifiestan que esos “mensajes” o missagium escuchados de pronto por cientos de seres humanos, son advertencias o enseñanzas provenientes de distintos planos astrales, de maestros cósmicos o de vórtices de energía puestos en movimiento, dinamizados, para llegar a las personas y entregarles mensajes de diversos contenidos.
»Esta enseñanza o comunicación que se realiza sobre un ser humano, es para advertirlo de ciertos acontecimientos que él debe conocer, para que les de estado público, en caso que así sea necesario, para guiarlo, para que escriba, haga poesías, dibuje, pinte telas maravillosas, guiando sus manos y su cerebro, sin que tal persona se de cuenta cabal de lo que está ocurriendo.
»El mensaje es como la transmisión de las “musas”, diosas de la antigüedad que inspiraban y guiaban la mente y las manos de los elegidos, para hacerles realizar obras de toda clase. Estas musas portadoras de la inspiración o el mensaje, fueron nueve y la mitología antigua las distribuía entre las ciencias y las artes. El missagium o mensaje es un conocimiento aprehendido por la mente del hombre que también le revela hechos del pasado, del presente del futuro. El Maestro Cósmico o Ángel de la Guarda que tiene toda persona, tanto le puede hacer componer un bello poema, coma realizar una escultura, componer una música, danzar, pintar un cuadro, o conocer todo tipo de acontecimientos sean físicos o espirituales».
El fuego soviético
Entre los distintos vaticinios descritos en Videncias y Mensajes Cósmicos, nos interesa detenernos en aquel titulado Videncia a través del Bastón de Mando, del ingeniero Michael Roy Layne y de su esposa Erika A. Deutz de Layne, sobre la explosión de Chernóbil. Está fechada el 6 de abril de 1986:
«Estamos delante del Bastón de Mando al cual hemos videnciado muchas veces en los Laboratorios Tecnológicos de Massachussets, Estados Unidos de Norteamérica, donde la señora Erika A. Deutz se desempeña como Secretaria de dicho instituto. Cuántas veces habíamos deseado conocerte de manera personal Oh, Toqui Mágico de las Sierras de Viarava, en el Argentum del lejano Cono Sur. La comunicación se realiza de modo incorpóreo, metafísico. El Bastón de Mando está ubicado horizontalmente sobre la mesa de vidrio, con su extremo superior y más fino hacia el norte y su extremo inferior, más grueso, apuntando hacia el Sur, parece un extraño misil, pronto a ser disparado.
»Los estudiosos norteamericanos se han arrodillado con todo respeto delante suyo y al preguntarle por las alternativas de su aparición en las sierras, nos habla de cómo fue mandado a construir en basalto hace ocho mil años, por el cacique Vultán. En mi campo magnético dice el Toqui Mágico, se encuentra grabada y determinada toda la sabiduría ancestral del Planeta Tierra, basta que entréis en consonancia conmigo para conocer el pasado y el futuro de todo aquello que ocurre o ocurrirá en el mundo.
»Dentro de unos días, sacudirá al hemisferio norte una explosión atómica de inusitadas características, tal como vosotros lo estáis viendo en este momento, la que provocará muerte, exterminio y contaminación en vastas regiones de la Tierra. El Bastón de Mando no aclara a los esposos Layne dónde ocurrirá la explosión que ellos han visto.
»Layne y Deutz se levantan llorando conmovidos y el ingeniero cree que la catástrofe es sobre los Estados Unidos, pero el Toqui Lítico queda en silencio, mostrando los efectos aterradores de la explosión que en contados días, sacudiría al Planeta Tierra. La videncia ha sido extraordinaria y el Bastón de Mando deja de emitir información videnciada.
»Los estudiosos quedan pensativos y en silencio, ellos conocían al Toqui Mágico desde la lejana Norteamérica, por videnciarlo tal como es, en sus prolongados contactos.
»Esta videncia se concretó el seis de abril de 1986 y en la segunda quincena de ese mismo mes, tal como el Bastón de Mando lo había comunicado, se produjo la explosión nuclear que días antes el ingeniero Michael Roy Layne y su esposa Erika A. Deutz, habían videnciado. Pero la explosión no sucede en territorio norteamericano, como creyeron los estudiosos, sino por el contrario, sucedió en la localidad de Chernóbil, a ciento treinta Kms. de la ciudad de Kiev, en el corazón de la Rusia Soviética.
»Lo fundamental es que la explosión atómica sucedió como el Toqui Lítico lo videncia en el Ingeniero Layne y su esposa».
En el año 2013, logré tomar contacto epistolar con Michael Roy Layne (director de la compañía Legacyworks, orientada a la creación de esculturas en el medio ambiente) quien continúa residiendo en los Estados Unidos.
Accedió a responder mis preguntas, además de enviarme un informe titulado Experiencias metafísicas de Michael Roy Layne en Buenos Aires – Marzo 1986, donde se explayó meticulosamente en el derrotero que lo trajo junto a su mujer al Río de la Plata.
Lo primero a destacar es la fecha en cual tuvieron la visión del estallido nuclear: fue el 29 de marzo, y no el 6 de abril como expuso Terrera en su obra citada. Por otra parte, Roy Layne no era ingeniero sino licenciado en bellas artes en la Universidad Estatal de San José, Estados Unidos. En aquel año se desempeñaba como profesor en el Centro de Arquitectura de Boston.
Los extranjeros viajaron en tren hasta la casa del profesor, ubicada en la localidad de San Isidro. Allí fueron recibidos por Chuna y conducidos a una recámara, donde estaba, además del metafísico, también Carlos Varela, con quien se habían encontrado días atrás.
A continuación vierto extractos del informe provisto por Roy Layne:
«Terrera era un hombre grande en altura y fuerza, con la cabeza llena de pelo blanco. La mayor extensión de la sala en forma de L contenía una estantería que llenaba el ancho de una pared, un sistema estéreo con pletina, y una gran mesa de comedor cubierta con pilas de libros del Dr. Terrera. Había 35 volúmenes de su trabajo tanto en tapa dura como en rústica, desde libros ilustrados completos hasta panfletos tipo ensayo.
»Después de revisar los libros y de elegir varios de interés, los cinco (Erika, Sra. Terrera, Dr. Terrera, Sr. Varela y yo) estábamos sentados en un sofá y en varias sillas alrededor de una mesa. Entonces el Dr. Terrera planteó la pregunta: “¿Qué puedo hacer por ustedes?”. Erika me traducía del español al inglés. Hablamos de mi interés en la mitología y su conexión con América del Sur, especialmente con Argentina. Era obviamente una conversación intelectual unilateral, ya que mi limitado conocimiento no se comparaba con su extensa investigación etnológica y los conocimientos adquiridos.
(…)
»Luego, el Dr. Terrera entró en detalles sobre lo que los comechingones llamaban Simihuinqui. Esta piedra alargada fue extraída del Cerro Uritorco y se cree que fue portada por un gran cacique llamado Voltán. El Dr. Terrera dijo que el bastón de piedra fue utilizado por un sacerdote como un bastón de poder. Este sacerdote se llamaba Witacomb, pero también se le conocía como Ike-Simihuinqui, que traducido sería algo así como ‘el que porta el poder’. El Dr. Terrera, como el protector actual del Bastón, tenía ese título y la responsabilidad como Ike-Simihuinqui.
(…)
»En este punto, el Dr. Terrera y su esposa se excusaron y salieron de la sala. Poco después regresaron con una caja de madera larga, de aproximadamente 3 pies de largo y cerca de 6 pulgadas de alto y ancho. Pusieron la caja sobre una mesa, frente a mi esposa y a mí. En su interior descansaba un objeto de piedra sólida alargado y suavemente redondeado. De forma tubular y redondeada en cada extremo, el Bastón era más grueso en un extremo. El Dr. Terrera dijo que este era el Simihuinqui de los comenchingons y que él era su protector. Luego me pidió que lo inspeccionara y le dijera lo que viera o sintiera. Le pedí a Erika que tradujera del inglés al español mientras yo procedía, ella estuvo de acuerdo.
(…)
»Así que cerré los ojos y puse mi mano derecha a una pulgada por encima de la superficie del Bastón. Mi mano parecía descansar naturalmente sobre una capa de energía; he sentido una capa de energía o aura similar en amigos y familiares y más directamente del cuerpo de mi esposa cuando estaba tratando de curarla de su enfermedad hace varios años.
»Moví mi mano lentamente, aún con los ojos cerrados, a lo largo del Bastón desde el extremo más pequeño a mi izquierda, hacia el extremo más grande a mi derecha. No recibía ningún sentimiento en particular y, mientras Erika traducía compartiendo mis impresiones y sentimientos, yo movía lentamente mi mano a lo largo de la piedra.
»Cuando llegué al centro del extremo más grande, la palma de mi mano sintió un punto de calor intenso que provenía del Bastón de Mando. Entonces tuve la sensación de elevarme por encima del globo terráqueo (la Tierra) en el vacío negro y ser capaz de mirar de nuevo hacia abajo, sobre nuestro planeta. Vi un intenso punto de energía emitiendo desde el hemisferio norte, pero en el lado opuesto de América del Norte. En este punto, la visión se disipó y volví a la habitación.
(…)
»Erika y yo volamos de vuelta a Boston al día siguiente. Basado en estas experiencias metafísicas, continué desarrollando mis escritos y dibujos para una exposición de arte que iba a realizar en el Centro de las Artes de la ciudad.
»Casi un mes después, el 26 de abril, la noticia llegó por la radio de que había habido un desastre nuclear en la central nuclear de Chernóbil en Ucrania, URSS. Inmediatamente supe que esta bomba nuclear era la que había predicho el Simihuinqui durante mi experiencia metafísica el 29 de marzo. Se predijo un desastre en el planeta y la intensidad extrema del punto caliente nuclear coincidió con lo que me había sentido al posar mi mano sobre el Bastón de Mando. Tan seguro estaba que hice que Erika le enviara una carta al Dr. Terrera expresando mi firme creencia».
Una certeza y una duda
Por fuera de las especulaciones, es notable la relación entre esta videncia y la catástrofe, teniendo en cuenta, ante todo, la distancia geográfica: más de 12 mil kilómetros separan a Buenos Aires de Prípiat, donde está ubicada la central atómica. Y, en segundo lugar, que fue predicha casi un mes antes de que aconteciera la tragedia.
Aun hoy en día, a tantos años de distancia de aquella jornada que pasó junto a su esposa en la casa del Prof. Dr. Terrera, Roy Layne continúa intrigado por la visión que lo atormentó y que, como hemos visto, podría ser uno de los vaticinios más destacados del enigmático Bastón de Mando, actualmente extraviado y buscado por esoteristas de todo el mundo.
Por Diego Arandojo.