Vitrina que cubre un meteorito ruso levitó misteriosamente y nadie puede explicar el motivo
La vitrina que cubre un fragmento del famoso meteorito caído en Cheliábinsk en 2013, expuesto en el Museo Estatal de Historia de los Urales del Sur, «levitó» de manera repentina por unos segundos. El director de la institución dio su versión sobre por qué ocurrió el hecho, aunque todavía nadie puede explicar el misterio con exactitud.
El hecho sucedió el pasado 14 de diciembre en pleno horario público, cuando la estructura de cristal comenzó a subir por sí sola hasta detenerse a una altura de aproximadamente 10 centímetros. Al principio, ninguno de los presentes se percató de ello, ni siquiera aquellos visitantes que se encontraban próximos al objeto.
El problema fue resuelto luego de que un empleado de seguridad advirtiera la inusual posición del cristal.
Incertidumbre
Desde el museo inicialmente expresaron desconocer las causas de lo ocurrido, indicando que el sistema que mueve la vitrina no había registrado ningún problema técnico, al igual que los otros sistemas que lo rodean.
Algunos apuntaron a una explicación de otro mundo para el evento. Por ejemplo, un empleado del museo —cuyo nombre no trascendió— le dijo al periódico Komsomolskaya Pravda que el meteorito atrajo a una gran cantidad de adoradores paganos y que un «extraño grupo» de personas había visitado el museo el día anterior. «Tal vez conjuraron algo», especuló.
Mientras tanto, el jefe de relaciones públicas del Museo, Aivar Valeev, señaló que recientemente pasó cerca otro meteorito, que muchos llamaron el hermano gemelo de Cheliábinsk: «Bromeamos con que ese meteorito pasó para decirle hola a su hermano capturado aquí en la Tierra y este le respondió». Sin embargo, aclaró que «no creen en misticismo», sugiriendo que el incidente pudo ser simplemente «una falla técnica».
La explicación del director de la institución , Vladímir Bogdánovski, es igualmente prosaica. Él conjetura con que el sistema electrónico que mueve la vitrina pudo haberse visto afectado por el campo magnético del propio cuerpo celeste o bien por una señal externa.
«El meteorito posee un fuerte campo magnético y quizás este haya afectado de alguna manera a los componentes eléctricos del mecanismo de elevación», expresó Bogdánovski.
«La otra versión: una fuerte señal electromagnética —o conjunto de estas señales— desde afuera, la cual coincidió en parte con la señal del panel de control», añadió, precisando que el esclarecimiento de lo sucedido será tarea de especialistas.
La caída del meteorito
El meteorito de Cheliábinsk explotó al entrar en la atmósfera el 15 de febrero de 2013 a una altura de varias decenas de kilómetros sobre la región rusa homónima, liberando una energía de aproximadamente 500 kilotones —superando en más de 30 veces la potencia de la bomba nuclear de Hiroshima— y dejando caer numerosos fragmentos por la zona.
En total, entre 4 y 6 toneladas de meteoritos golpearon el suelo, incluyendo un fragmento de 650 kilos recuperado más tarde del lago Cherbakul. El fenómeno dejó cerca de 1.500 heridos y daños en casi 7.000 edificios.
Fuente: Ura.ru/Newsweek. Edición: RT.