El arte rupestre más antiguo cuenta una historia y muestra seres sobrenaturales
Se trata de la escena de caza más antigua del mundo, al tiempo que supone la primera obra de arte figurativo creada por el hombre moderno. Además, según los investigadores, es la evidencia más temprana de nuestra capacidad para imaginar la existencia de seres sobrenaturales, por lo que puede arrojar luz sobre los orígenes de la espiritualidad y la experiencia religiosa.
Un equipo de arqueólogos de la australiana Universidad Griffith ha descubierto en una cueva de Sulawesi (Indonesia) unas sorprendentes pinturas rupestres de al menos 43.900 años de antigüedad. En ellas aparecen unas criaturas fabulosas, un grupo de teriántropos —figuras humanas con características de animales—, que emplean lanzas o cuerdas para atrapar grandes mamíferos.
La cueva de Leang Bulu Sipong 4 es una de las cientos existentes en la región kárstica de piedra caliza Maros-Pangkep, en el sur de Sulawesi. En 2014, el mismo equipo descubrió en este lugar uno de los motivos de arte rupestre más antiguos, el contorno en rojo de una mano humana, creado hace al menos 40.000 años. Antes aún que la famosa y bella «Capilla Sixtina» de Altamira (35.600 años).
Pero este nuevo hallazgo es mucho más impactante. En un panel de 4,5 metros de ancho aparecen ocho pequeñas figuras humanas en el acto de matar o capturar con lanzas o largas cuerdas a seis mamíferos que huyen: dos cerdos verrugosos de Sulawesi y cuatro búfalos enanos conocidos como anoas. Estos últimos son pequeños pero feroces bóvidos que aún habitan en los bosques de la isla. Todos los elementos están pintados con pigmento rojo oscuro, con la misma técnica, color y estilo artístico.
Los cazadores llaman la atención porque son similares a los humanos, pero tienen cabezas u otras partes del cuerpo que recuerdan a animales. Incluso uno parece tener una cola.
Cognición moderna
Para conocer la antigüedad de la extraña escena de caza, el equipo midió la desintegración radiactiva del uranio y otros elementos dentro de unos crecimientos minerales de la cueva llamados «palomitas de maíz». Los trabajos dataron las nuevas pinturas hace entre 35.100 y 43.900 años.
Según los investigadores, esta es la primera vez que se identifica una narración visual o «historia» tan detallada en un período tan temprano en todo el mundo.
La teoría más aceptada hasta ahora es que el primer arte rupestre de la humanidad apareció en Europa y consistió en símbolos abstractos. Hace 35.000 años, esta forma de arte simple se hizo más sofisticada al añadir pinturas figurativas de caballos y otros animales. También se consideraba que conceptos innovadores como composiciones con múltiples sujetos que interactúan (escenas) y la representación de entidades imaginarias como teriántropos eran muy poco comunes hasta hace unos 20.000 años.
Sin embargo, la pintura rupestre de Leang Bulu Sipong 4 sugiere que el arte paleolítico no evolucionó de forma gradual como se creía, al menos no en el sudeste asiático. «Para mí, el aspecto más fascinante de nuestra investigación es que el arte rupestre más antiguo de la humanidad tiene al menos 44.000 años de antigüedad y ya contiene todos los componentes clave relacionados con la cognición moderna: plantillas de manos, arte figurativo, narración de cuentos, teriántropos, pensamiento religioso… Esto nos dice que quizás tenga un origen mucho más antiguo, posiblemente en África o poco después de que saliéramos de África», explica en un correo electrónico Maxime Aubert, del Centro Australiano de Investigación para la Evolución Humana (ARCHE) y profesor en Griffith. «Nunca sabremos lo que significó para las personas que las hicieron, pero las imágenes sugieren que esta es una historia que involucra la caza con muchos elementos de espiritualidad», añade.
En efecto, los arqueólogos creen que este hallazgo, junto con el bóvido salvaje de hace al menos 40.000 años hallado en Kalimantan, en la isla de Borneo, y dado a conocer el año pasado, convierten a Indonesia en uno de los lugares más importantes del mundo para comprender los comienzos del arte rupestre y la evolución del pensamiento humano moderno.
Seres sobrenaturales
La teriantropía es la supuesta habilidad de cambiar de forma humana a animal y viceversa. El término «teriantropía» ha sido adoptado para describir un concepto espiritual en el que el individuo cree que él tiene el espíritu o alma, en su totalidad o en parte, de un animal no-humano. Deriva del nombre «teriántropo», que significa ‘parte hombre y parte bestia’, el cual proviene del idioma griego therion (Θηριον), significando ‘animal salvaje’ o ‘bestia’, y anthrōpos (ανθρωπος), que significa ‘hombre’.
Los investigadores compararon las figuras halladas recientemente en la cueva de Sulawesi con hombres con cabeza de gato. «Sus autores eran contadores de historias con gran imaginación», expresa Adam Brumm, uno de los arqueólogos de la universidad australiana. «El asunto no tiene lugar en la realidad. O bien los humanos desarrollaron estos elementos de historia creativa al mismo tiempo en diferentes partes del mundo, o bien es una característica desarrollada por ancestros humanos incluso más antiguos».
Nicholas Conard, un arqueólogo de la Universidad de Tubinga en Alemania, quien no estuvo involucrado en el estudio, opina sobre la sobrenaturalidad de lo representado: «En la escena los teriántropos parecen moverse volando y saltando, algo más que los simples movimientos de humanos o de animales en el suelo».
Por otra parte, Paul Pettitt, de la Universidad de Durham en el Reino Unido, quien tampoco participó en la reciente investigación, tiene una interpretación más escéptica: «¿Es esta una escena? Los humanoides son retratados horizontalmente, y a diferente escala que los animales que se supone están cazando. Y lo que parecen lanzas son largas líneas que pasan cerca de algunas figuras, por lo que difícilmente están en la mano de estos seres».
Para explicar esto, Pettitt sugiere la posibilidad que diferentes artistas agregaran elementos al muro en diferentes épocas, poniendo de ejemplo cuevas europeas donde la decoración muestra varias fases.
No obstante, Brumm asegura que el estilo y erosión del arte rupestre en Sulawesi es consistente tanto para los animales como para las figuras humanoides. «Realmente no sabemos lo que estos artistas querían decir, solo podemos especular. Para tener la certeza necesitaríamos una representación fotorealista del arte prehistórico o antropólogos viajeros del tiempo», concluye.
Fuente: ABC/ScienceAlert.