MISTERIO

Hallan un «eslabón perdido» en la evolución de los perezosos gigantes


Hay quienes aseguran que ya se han realizado viajes en el tiempo y buscan parecidos a Nicolas Cage y Keanu Reeves en pinturas del siglo XVI como prueba de ello. Pero jamás hubieran imaginado tanto: el hallazgo en San Pedro, provincia de Buenos Aires (Argentina), de un perezoso gigante de 700 mil años de antigüedad que se asemeja a un linaje que vivió hace 3 millones de años.

El director del Museo de San Pedro José Luis Aguilar manifestó a la Agencia CTyS-UNLaM que «desde hace dos años, venimos encontrando restos de un perezoso gigante bastante misterioso; es un animal que reúne características bastante particulares».

Este megamamífero de cuatro metros y cuatro toneladas (4×4), en verdad, no era un todo terreno, puesto que solo estaba adaptado a la llanura pampeana. Y, ciertamente, por más llamativa que sea su semejanza con un linaje de megaterios millones de años más antiguo, también parecería conveniente descartar que se trate de un viajero del tiempo.

«Vemos que este animal, que apareció en capas sedimentales de unos 700 mil años, comparte características con el género Pyramiodontherium que habitó durante el Plioceno, hace unos tres millones de años, pero también posee ciertas características de megaterio, que es un género que habitó durante el Lujanense, hace unos 140 mil años», describió Aguilar.

Los restos de este perezoso gigante fueron rescatados en enero de 2020.

Respecto a estas semejanzas con especímenes de otras instancias temporales, el investigador Luciano Brambilla del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad de Rosario (CEI-UNR) explicó: «Es posible que estemos ante el descubrimiento de una especie de “eslabón perdido” en la línea evolutiva de los Megateridos, grupo al que pertenecieron estos grandes animales».

Se sabe que los Piramiodonterios —animal con dientes en forma de pirámide— fueron un género de grandes mamíferos que habitaron la prehistoria de nuestro país hasta fines del Plioceno, momento en el que desaparecen del registro fósil. Hay restos en Jujuy, Catamarca, La Rioja, Chubut y Entre Ríos.

Posiblemente, de estos grandes perezosos provenga otro de los más corpulentos animales que conoció la región pampeana: el Megaterio (Megatherium o «bestia gigante») del que se conocen las especies Megatherium gallardoi y Megatherium americanum; la primera más antigua que la segunda.

«Los fémures de los dos ejemplares hallados en San Pedro nos cuentan de la existencia de un animal que vivió en un período de tiempo del que sabemos bastante poco sobre la evolución de estos grandes perezosos», indicó Brambilla. Y agregó: «Es un animal que parece haber vivido cercanamente en el tiempo con el Megaterio, pero cuyas características son más parecidas al Piramiodonterio que habitó hace tres millones de años».

Una vez que se concluya el estudio de estos dos ejemplares hallados, es posible que se determine que este «eslabón perdido» representa una nueva especie dentro de la familia de los perezosos gigantes que habitó América del Sur hasta hace unos 10 mil años.

Ambos especímenes están representados por sus fémures izquierdos. «Son piezas de gran tamaño que estaban preparadas para soportar la gran masa corporal de estos animales», observó Aguilar.

Un perezoso gigante atrapado en una paradoja temporal

En 2018, el equipo del Museo Paleontológico de San Pedro había encontrado el primero de los fémures. Y, en enero de 2020, en la misma cantera y en el mismo sedimento, conformado por el barro consolidado de un antiguo pantano, apareció el fémur de un segundo ejemplar del mismo género.

El fósil fue hallado por Norberto y Gustavo Iglesias, propietarios del lugar, junto al joven Fausto Capre, maquinista de la empresa tosquera San Pedro, quienes dieron aviso al Museo de dicha ciudad para su recuperación y acondicionamiento.

El perezoso gigante y otros posibles candidatos a ser considerados viajeros del tiempo.

Julio Simonini, miembro del grupo conservacionista del Museo Paleontológico de San Pedro, relató que «para extraer a este perezoso gigante, hubo que hacer un enyesado previo, para poder levantarlo con una máquina retroexcavadora; posteriormente, se lo llevó al Museo y se iniciaron las tareas de limpieza».

«Desde que, en 2018, hallamos el primer fémur de este enigmático animal, iniciamos esta especie de cacería prehistórica y venimos siguiendo de cerca los restos fósiles que vamos recuperando en ese antiguo ecosistema de pantano o humedal, ya que podríamos estar ante una especie desconocida y, a la vez, asombrosa», indicó el director Aguilar.

«Tanto por el tamaño de este animal como por su importancia en la reconstrucción de la línea evolutiva de los grandes perezosos, es importante continuar la búsqueda de nuevas piezas que nos vayan dando información del aspecto general de un animal que, por ahora, parece ocultarse en la niebla de los tiempos», aseveró.

Fuente: Agencia CTyS-UNLaM.





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