MISTERIO

¿Cerca de Mad Max? El agua comienza a cotizar en Wall Street debido a su escasez


En un futuro apocalíptico marcado por la escasez de agua, petróleo y energía, crisis económica y el caos social, las pandillas de facciones dominan las carreteras de Australia, donde no existe presencia del Estado por la crisis económica. Desde aquí parte la famosa película Mad Max, y ahora parece que la primera parte de la trama, la escasez de agua, se ha hecho evidente.

Mad Max.

De hecho, el agua comenzó este lunes a cotizar en el mercado de futuros de materias primas de Wall Street, cuyo precio fluctuará ahora como lo hacen el petróleo, el oro o el trigo, según informó el Chicago Mercantile Exchange (CME) Group.

«La ONU estima que 2.000 millones de personas viven ahora en naciones plagadas de problemas con el agua, y casi dos tercios del mundo podrían enfrentar escasez en solo cuatro años», advirtió en un informe.

Especulación desde California

El índice Nasdaq Veles California Water Index, con el «ticker» NQH2O, se basa en un indicador de precios de los futuros del agua en California. Este lunes cotizaba a unos USD 486,53 por acre-pie, una medida de volumen utilizada normalmente en Estados Unidos equivalente a 1.233 metros cúbicos.

El precio del agua en California —un estado plagado por incendios y sequías— se ha duplicado en el último año según este indicador y, a medida que se acrecienta su escasez, su llegada al mercado de materias primas permitirá —según los expertos— una mejor gestión del riesgo futuro vinculado al recurso.

Agricultores, fondos de inversión o municipios podrán protegerse o especular ante los cambios en el precio del agua.

Aunque el índice está basado en los precios de las principales cuencas fluviales de California, donde la escasez del agua ha aumentado, este valor podrá ser usado como referente para el resto del mundo en los mercados del agua.

¿De qué forma se puede vender o comprar un bien común como el agua?

En casi la totalidad del planeta, las leyes consideran el agua como un bien común de dominio público. No obstante, es posible otorgar derechos de uso de esa agua a través de concesiones o licencias administrativas (ya sea para utilizarla o para realizar vertidos en ella).

Lo que ha empezado a cotizar en Wall Street no es el agua en sí misma, sino los derechos de uso.

«Esto siempre ha funcionado de manera informal en todos los lugares del mundo con sistema de riego», explicó a El País Gonzalo Delacámara, director de Economía del Agua en el Instituto Imdea. «Un regante A le dice al B, este mes no voy a regar, te cedo mis derechos a cambio de una compensación».

La Bolsa de Nueva York, el pasado 4 de diciembre. Crédito: Courtney Crow / AP.

Lo que es mucho menos común es la existencia de un mercado formal para realizar estas transacciones de derechos.

«Cuando se genera un derecho de uso y aprovechamiento de agua, está por un lado lo que podríamos llamar la vía del recurso natural, la más importante, el agua que permite mantener caudales ecológicos, recargar acuíferos, abastecer ciudades como Los Ángeles, regar campos de cultivo… Y, por otro, hay una vía que es estrictamente financiera: se ha generado un título, que se convierte en un activo financiero», señaló Delacámara. «Así, puede haber, por ejemplo, agricultores que quieran intercambiar derechos de uso para tener agua con la que regar sus cosechas, pero también otros actores que lo que busquen sea ganar dinero con esos activos financieros».

Guerras por el agua

Si el petróleo ha sido el desencadenante real detrás de muchas guerras, podemos esperar —esperemos que no— que el agua también lo sea, en un escenario que podría llevar a un futuro distópico como el imaginado en Mad Max.

De acuerdo a un informe presentado en 2018 por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea (JRC), el cambio climático y las alteraciones en el ritmo de crecimiento de la población, podrían detonar situaciones de escasez de agua para consumo humano y subsecuentes conflictos bélicos por este recurso.

Como podemos observar en parte de África, Asia y todo Oceanía habría problemas. Pero América no se salva. Argentina, Chile, México y Estados Unidos.

El estudio ubica la posibilidad de guerra en un rango que va entre el 75 y 95 %; durante los siguientes 50 a 100 años para las zonas candentes.

Fuente: EFE. Edición: MP.





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